Puntos sobre las íes

Blog iniciado el 24 de diciembre de 2009 -Puedes contactar conmigo en: peperomagosa1@yahoo.es   

Como sea que algunos comunicantes me piden mi biografía, me he puesto a exprimir la memoria con la intención de complacerles.

Nací en Barcelona, en 1935. Al año siguiente estalló la guerra civil, pero puedo asegurar que yo no tuve nada que ver con aquello. Mi padre tuvo que ocultarse porque, como mi abuelo, había cometido el pecado de ser un industrial; y mi madre, mis dos hermanas y yo tuvimos que pasar solos aquellos años, con la única presencia foránea de Marcela, la fiel «tata» comunista.

Un día, cuando se produjeron los mayores bombardeos de la ciudad, mi madre trasladó nuestras camas a un cuarto interior que daba a un patio, corrió la cortina de la ventana y puso un quinqué encendido en el pico de un armario. Recuerdo cómo se movía la llama cada vez que una bomba estallaba cerca de nuestra casa.

Acabada la guerra, regresó mi padre, le devolvieron la industria que había sido colectivizada, volvió a contratar a los antiguos obreros (incluso a aquellos que habían «ido» a por él y a por mi abuela) y la vida, poco a poco, aunque con muchas dificultades, fue volviendo a la normalidad. También recuerdo que, como durante la guerra ninguno de los hermanos podíamos ir al colegio, una amiga belga de mi madre – Madame Marta – estuvo viniendo por las tardes a enseñarnos a leer – ¡ y a escribir! – y también las primeras nociones de francés. Luego mis hermanas ingresaron en el Colegio de monjas del Loreto,  y mis padres decidieron (creo que por razones logísticas) que yo ingresara también. Allí estuve hasta el año 1942 en el que hice la Primera Comunión, rodeado de féminas y como único comulgante varón.    

Entré después en los jesuitas, a dos manzanas de mi casa, de donde estuve a un trís de ser expulsado por «trasto»; tal era la malacrianza que había venido recibiendo de las condescendientes monjas. Pero mi padre llegó a una entente cordiale con el padre superior para fingir mi salida voluntaria del colegio y salvar «mi honra». Así que, en méritos a que mi padre se había educado en un internado, me vi inscrito a mitad del curso 1943-44, como alumno interno en los Escolapios de Sarriá, impresionante colegio cuya disciplina victoriana (y mi instinto de supervivencia) logró enderezarme hasta el punto de que pronto llegué a figurar permanentemente abonado al «cuadro de honor» que presidía el hall de entrada del colegio.

En aquel centro, en el que ingresé con ocho años, estuve hasta terminar el Bachillerato.

Cursé después los estudios de Profesorado Mercantil, que alternaba con clases nocturnas de francés (en el Liceo Francés), de italiano (en el Instituto Italiano de Cultura), y el aprendizaje autodidacta del inglés (en «mi» banco del Turó Park, frente al lago), idioma que perfeccioné más tarde en la School of English Studies (Folkestone, Inglaterra) y con su posterior uso diario. Era una época, todavía de posguerra, en la que no había discotecas, ni televisión, ni botellones, ni falta que nos hacían; época en la que aquellos que teníamos el privilegio de poder estudiar, aprovechábamos a tope el tiempo. Y éramos muy felices, al igual que nuestras familias.

A los 17 años ingresé en las Milicias Navales Universitarias, cursando los cuatro cursos reglamentarios de cuatro meses por año. Debido a mi corta edad, muy inferior a la de la mayoría de mis compañeros, recibí el despacho de teniente a los 21 años, tras  las prescriptivas estancias en la Escuela de Suboficiales de la Armada y en la Escuela de Aplicación de Infantería de Marina (ambas en San Fernando), en la Escuela Naval Militar, de Marín, y en el Tercio Norte de Infantería de Marina, de El Ferrol (a la sazón «del Caudillo»).

Sin que aún se hubiera rodado la película «Botón de Ancla», me sucedió, también a mí, enamorarme de una bellísima gallega durante mi estancia en Marín, con la que me casé en la iglesia de la Virgen del Puerto de esa villa marinera, en 1958. Falleció mi padre (q.e.p.d.), un año antes, en 1957, cuando ya había también terminado mis estudios académicos y castrenses, por lo que tuve que ponerme al frente de la industria minera familiar, a cuyo cometido dediqué los cuatro años siguientes, hasta que pude modernizarla y hacerla atractiva para conseguir su arrendamiento a un tercero, (dado que no me veía dedicándome a esa actividad por el resto de mis días); objetivo que logré en 1961,

La Familia de "Yesos Romagosa"

 año en que también pude cumplir mi deseo de pasar a formar parte de una multinacional extranjera en la que poder aprender modernas técnicas de fabricación y de marketing, así como entrar en contacto con el mundo de ahí afuera. La firma en que ingresé, tras una férrea competencia con otros candidatos que aspiraban a lo mismo, fue la anglo-holandesa Unilever, la primera gran multinacional que se estableció en Barcelona y la segunda en facturación en el ranking europeo de aquel año. Pasé en ella casi tres años, repartidos entre España e Italia, alcanzando el nombramiento de Group Product Manager en 1963, fecha en que abandoné la empresa y me trasladé a Madrid con mi familia -por entonces en vías de convertirse en numerosa,  

La familia Romagosa-García al completo, ya en Madrid.

 para pasar a ocupar el cargo de Representante de Walt Disney Productions en España y Portugal, luego Director General y Consejero Delegado de la  

Celebración del 40 aniversario de Mickey – junio 1970

nueva subsidiaria «Walt Disney Ibérica» que se fundó cinco años después para institucionalizar la exitosa actividad realizada en la Península Ibérica durante esos años;  

Primer equipo de Representantes de Walt Disney Productions

labor que prosiguió hasta 1974, cuando ya el territorio Disney formado por España y Portugal había pasado del puesto 26 en el ranking mundial de territorios, al lugar número 11. En este año, ante los nuevos cambios que la compañía pretendía introducir en Europa, decidí renunciar a mi cargo para así poder fundar mi propia compañía. 

 Con esa nueva empresa actué como Representante exclusivo, así mismo para la Península Ibérica, de producciones tan conocidas como Sesame Street, Marvel Comics, Los Teleñecos, Los Pitufos, Little Lulú, Cantinflas Show, Star Wars, My Little Pony, etcétera. Traje a España y Portugal la primera serie japonesa – Heidi» – que entró en el mercado europeo, y más tarde conseguí los derechos para su comercialización en toda Latinoamérica. A pesar de los toros comerciales  que teníamos que lidiar en nuestra oficina de la Torre de Madrid, me las ingenié para asistir a clases nocturnas en el Instituto de Empresa y hacerme con la diplomatura en Contratación Internacional y Arbitraje. Durante aquellos años se unieron a la empresa mis hijos,  primero Sergio y más tarde Santiago (este último en 1987)… 

 

 …Contratamos los derechos comerciales de Snoopy, Felix The Cat, The Beatles, James Dean, Marilyn Monroe, Pepsi-Cola, Mafalda, Mortadelo y Filemón, los Juegos Olímpicos de Montreal, más tarde de los de Seúl…y tantas otras líneas de explotación; contribuimos a la fundación de la Asociación de Inventores Españoles, y de la Associació d´Innovadors Narcís Monturiol; sin olvidar por ello  la comercialización y distribución mundial de la serie de dibujos animados «DON QUIJOTE DE LA MANCHA» que antes un servidor produjo, junto a Cruz Delgado,…

Parte del equipo de producción de la serie de dibujos animados "DON QUIJOTE DE LA MANCHA"

  … y a otras cien personas contratadas en nuestros estudios madrileños de la Plaza de las Salesas, donde, desde 1978 a 1981, se realizó esta producción: la primera serie española de dibujos animados, de la que fui el productor ejecutivo y que es uno de los mayores y más reputados éxitos de la producción televisiva española en el mundo.  

Antonio Ferrandis (Sancho Panza), Cruz Delgado, Fernando Fernán Gómez (Don Quijote) y yo...un pelin más joven.

 En 1999, decidí cambiar mi domicilio a Peralvillo, Ciudad Real, ya que en el ínterin había pasado a ocupar la presidencia de la Asociación Cultural «Ciudad Real Quijote 2000», y tal cambio me facilitaba las cosas.    

Y esto es todo, de momento, porque no hace falta mencionar en este blog que me dedico a escribir, a dar pregones y conferencias, viajar algunas veces por África, y a otros temas gratificantes, amén de cuidar mis árboles, charlar con los amigos y con mi perra «Luna», y soñar con un mundo mejor.

¡Ah!, quiero darle mil gracias a mi hijo Santiago, webmaster de esta página, por crearla y organizarla, y regalármela por sorpresa en las últimas Navidades. El mosaico fotográfico que aparece al principio de la página, y que parece sacado del «book» promocional de un cantante «vieja gloria», se debe a eso que se llama pasión de hijo, y no he querido cambiárselo. Por otro lado, viene a cuento, según él, ya que si ese «collage» muestra la evolución física de mi persona, el contenido de este blog dejará traslucir algún retal de mi alma; de mis inquietudes, opiniones e intereses.  El hecho de que la imagen progrese en contra del sentido de las agujas del reloj también tiene su significado: a su parecer, siempre ha visto actuar a su padre «con la valentía, jovialidad y rebeldía que muchos atribuyen sólo a la etapa de  juventud», … otros a eso lo llaman locura.

En cualquier caso, puedo jurar que sin su detalle esta página no estaría aquí, o no habría quedado tan guapa…

© 2009 José Romagosa Gironella

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