Archivo de febrero 2011

Rien de rien

15/02/2011

Hace unos años, cuando la hoy extinta asociación cultural Ciudad Real Quijote 2000 se esforzaba en conmemorar lo mejor posible la efemeride del IV Centenario de la Primera Edición del Quijote, encargó un ciclo de siete conferencias a uno de los castellano-manchegos más cultos que el autor de estas líneas ha conocido en esta región: el Profesor don Ángel-Enrique Díaz-Pintado Hilario; filólogo, ¡agárrense!, por partida triple (licenciado en filología hispánica, inglesa y eslava), y catedrático de «eslávicas» en la Universidad de Granada. Las conferencias, en su conjunto, constituyeron uno de los trabajos de investigación más amenos y completos que se han realizado sobre la influencia ejercida por Cervantes, y en particular por el Quijote, en la obra de los grandes maestros de la literatura universal.   

El ciclo fue anunciado en los medios de comunicación, en el boletín mensual del ayuntamiento capitalino y mediante un librito del que se editaron, y distribuyeron de forma selectiva, un millar de ejemplares. El impagable trabajo de Díaz-Pintado, y la profusión de mensajes publicitarios emitidos, sólo obtuvieron el resultado de que la media de asistentes por conferencia fuera de siete personas, ¡siete!  Dato éste harto elocuente sobre el verdadero interés de los ciudadrealeños por esa figura – Don Quijote – que de manera forzada se ha querido implantar como totem emblemático de la región manchega; y sobre el bajo nivel cultural que décadas de políticas educativas erradas han logrado afianzar en esta bendita tierra «de Don Quijote», tierra, por mucho que nos duela, en la que poquísimas personas han leído esa célebre novela que hizo la Mancha universal.

Soy plenamente consciente de que la presente crónica dista de ser políticamente correcta, y puede resultar antipática a quienes usan el Quijote como si de un bien comercial se tratara, despreciando la ocasión de libar el precioso néctar que encierra. 

Un documental producido por la BBC así mismo hace algún tiempo, ponía lamentablemente de relieve la ignorancia de los castellano-manchegos sobre esa obra universal que trata a la Mancha como «tercer» protagonista de la fábula. Se entrevista en el documental a multitud de nativos de esta región – clientes de bares y mesones, universitarios que salen de clase, oficinistas que se dirigen a sus lugares de trabajo, y hasta al maestro de una escuela local – y se les pregunta sobre su conocimiento de la gran novela. El balance es aplastante: prácticamente ninguno de los entrevistados la ha leído. Casi todos confiesan tener un Quijote en alguna estantería de su casa, pero de leerlo… rien de rien.
Una auténtiva vergüenza para los compatriotas de Cervantes que la BBC habrá divulgado, a buen seguro, en la nación de Shakespeare y, muy probablemente, en unos cuantos países de habla inglesa.      

No es extraño que nuestros políticos no sepan hablar correctamente; que en muchos de nuestros medios de comunicación se machaque el idioma, y que en Internet y en tantos canales de televisión se esté acabando con una lengua riquísima que ya sólo en Hispanoamérica se usa con propiedad. Cualquier albañil colombiano habla un español más correcto que la mayoría de los parlantes de su madre patria. 
 
 © 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 14 de febrero 2011

Consigue de una vez trabajo y asegura tu pensión

15/02/2011

Me permito usar del tuteo porque peino canas desde hace décadas y hoy voy a dirigirme a los jóvenes españoles desempleados que conforman el colectivo en paro más numeroso de la Unión Europea. No pienso criticar a nadie, ni siquiera a los que han hecho posible esta lamentable situación; pero sí voy a sugerir unas ideas que con toda seguridad permitirían solucionar su mayor problema – el de la falta de trabajo y de futuro – a millones de jóvenes sin proyecto de nuestro país.
Lo primero que quiero hacerles ver, a modo de preámbulo, es el hecho de que España apenas representa una centésima parte de la población mundial, y es tan solo uno de los 204 países que existen. Y lo segundo: que para salir de la situación en que se encuentran, sólo tendrían que hacer «click» y pasar a sentirse de una vez ciudadanos del mundo (que es lo que son, aunque no se hayan percatado).
Logrado esto, les sería fácil comprender algo que acaso nunca habían considerado. Algo tan sencillo de tener en cuenta como la posibilidad de encontrar un trabajo, o de establecerse por cuenta propia fuera de su país natal, siguiendo el ejemplo de millares de jóvenes españoles que ya lo han hecho… y con éxito notable en la mayoría de los casos.
El así mismo lamentable desconocimiento de lenguas extranjeras, claro resultante de unas políticas educativas erradas, han contribuido a crear un temor a vivir en otros lugares del planeta en la mente de muchos de nuestros jóvenes. Y este mismo temor constituye también un gravísimo error, porque las lenguas extranjeras, cualquiera de ellas, llegan a aprenderse rápidamente cuando uno decide emigrar y residir en otro país.
Allí están, en los programas televisivos «Españoles en el mundo», o «Castellano-manchegos en el mundo», numerosos ejemplos de españoles, y de familias españolas completas, que han logrado resolver sus problemas de trabajo, y por tanto su futuro, en infinidad de lugares de este mundo del que todos somos ciudadanos.      

No es admisible en modo alguno que nuestra juventud se resigne a seguir formando parte de ese colectivo desnortado que ya ha merecido el nombre de «generación perdida», a la que sigue negándose en nuestro país la posibilidad de trabajar, de dejar el hogar paterno, de crear sus familias propias y de tener un futuro. ¿Qué valor, de los que siempre los españoles hicieron gala, falta hoy en nuestra juventud?
Si el desconocimiento de lenguas les asusta, apúntense un año, o medio, como voluntarios de alguna ONG, donde podrán añadir el aprendizaje de un idioma extranjero a la satisfacción de darse a los demás. Gracias a ese aprendizaje (y a su renuncia, obviamente, al confort de que disfrutan en la casa de los padres), podrán conseguir sin problemas ese trabajo al que llevan tantos años aspirando. Por no hablar del apoyo incondicional que nuestros jóvenes emigrantes encuentran siempre en las «Casas de España» y en esos centros regionales (catalanes, gallegos, manchegos y demás) que, afortunadamente, proliferan en infinidad de ciudades de los cinco continentes. Consíguete un trabajo fuera, joven amigo, que un plan holgado de pensiones podrás fácilmente contratarlo en tu país de acogida y con más garantías que en tu tierra.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día  7  de febrero de 2011