Archivo de May 2011

La lealtad culpable

30/05/2011

Cuando un país viene gobernado durante años y años por el más tonto del pueblo, se desploma a los ojos del mundo en lo económico y en lo moral, y ese tonto sigue incontestado por sus irresponsables partidarios, sólo puede hablarse de una lealtad culpable.
No ha bastado el plebiscito de las elecciones municipales y autonómicas, en el que jamás había conseguido semejante revolcón un partido político, para que los socialistas demostraran por primera vez que saben perder. Pero no. Tampoco de una situación tan extrema han sabido extraer la lección de que la sociedad les reclama una larga y complicada regeneración. Siguen dando la espalda a la clara voluntad expresada por una ciudadanía que desprecian y que ya no quiere a ese partido en el gobierno. Lejos de ponerse a reflexionar, como exige uno de sus barones -el extremeño Rodríguez Ibarra- como condición sine qua non para abordar su regeneración y volver a ser candidatos una vez lograda, vemos que no sólo siguen negándose a un adelanto de las elecciones generales, como abiertamente exige el pueblo español, sino que optan por la autoritaria designación, en unas falsas y vergonzosas primarias, de un único candidato a la presidencia del actual y superamortizado Gobierno. La dramática situación a la que han llevado a España, les importa un bledo. Lo único que ahora les importa es la desesperada recuperación (imposible a corto y medio plazo) de la inmensa cota de poder perdida el pasado día 22.
La urgente necesidad de nuestro país de contar con el bipartidismo democrático que durante un tiempo funcionó (porque acataba la Constitución), como viene funcionando en Reino Unido y Estados Unidos desde tiempo inmemorial, vuelve a verse peligrosamente insatisfecha por la resistencia de uno de esos partidos mayoritarios a aceptar el fundamental principio de la alternancia, sin el cual no hay democracia posible. Se prefiere incrementar el riesgo de un rescate de España por parte de la Unión Europea (que implicaría el fin de la UE tal como hoy la contemplamos) a ceder los bártulos a ese partido rival que, siquiera por no estar quemado interna y exteriormente, es en la actualidad el único que puede salvar a España del desastre.
La esperanza de los españoles sensatos está ahora puesta en esas Elecciones Generales anticipadas que el partido gobernante, abusando del mandato recibido del pueblo, intenta hacer imposible. Y su desesperanza en la certeza de que España no puede seguir hundiéndose hasta la lejana fecha – marzo de 2012 – de su convocatoria forzosa.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 30 de mayo de 2011

La necesidad de una Segunda Transición

23/05/2011

Con unos comicios municipales y autonómicos que están a punto de concluir, ya puedo utilizar la información electoral que todos los españoles hemos logrado conocer a las nueve de la noche de este histórico domingo de marzo en que escribo esta columna. El gran cambio por el que España venía clamando, se ha producido ya; pero – atención – únicamente en las urnas. Ahora se trata de que el principal partido perdedor quiera y sepa practicar esa virtud democrática que se llama «saber perder», y que el que se ha alzado con la victoria en el mayor número de municipios y autonomías, sepa – y pueda – diseñar ese inteligente plan de trabajo que hoy llaman «hoja de ruta» y que deberá permitirnos invertir con urgencia las peligrosas tendencias que nos llevaban indefectiblemente al abismo. El objetivo prioritario, por tanto, que los nuevos gobernantes deberían perseguir sería la recuperación de la confianza perdida: la del propio ciudadano, en el interior de España; y la de los países y mercados que en este histórico momento nos contemplan desde ahí afuera. Es decir, la toma de una serie de primeras decisiones que den en efecto a entender que España va a cambiar.
Lo sucedido en nuestras plazas durante la última semana, es algo a sumar a las cosas paranormales que desde hace años vivimos. No sabemos todavía quién, demonios, hay detrás de esa concentración «sin líderes» que todo un ministro de Interior se ha negado a dispersar. Vergüenza debería sentir Rubalcaba por haber logrado pisotear las leyes, incluso las propias, como ningún ministro de interior ha hecho jamás en país alguno del mundo libre. En otras épocas podríamos haber dicho «más pronto o más tarde se sabrá»; pero con tanto enigma acumulado sin resolver durante los últimos años, tantas manos negras sin dar la cara, mejor vamos dando por seguro que jamás nos enteraremos de quién fue el autor intelectual de esta «settimana enigmística».
Es mucha la labor que tocará ahora hacer a quienes se ven ante la disyuntiva de salvar o rematar a España. Son demasiadas los errores, excesivos los entuertos y las indignidades que se han perpetrado contra nuestro país como para que la situación tenga fácil remedio. Habrá que esperar hasta las próximas elecciones generales, porque no parece ser suficiente todo lo ocurrido con Zapatero en los últimos tiempos para conseguir que este nefasto presidente deje su poltrona y nos deje vivir en paz. Tras la monumental derrota sufrida por el Partido Socialista y el voto de castigo que ha recibido, pensamos que serán muchos los problemas adicionales que ese partido va a generar antes de reconocer su derrota. Pensemos en el caso Bildu y en el oprobio que ha arrojado sobre el País Vasco.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 23 de mayo de 2011

Dame la manita Pepe Luí

05/05/2011
Dame la manita Pepe Luis y te llevaré a visitar la España que desconoces. Dámela imaginariamente, si no te importa, porque me da repelús sólo de pensarlo. Así que vente unos días conmigo y bajaremos a ese Metro de Madrid en el que nunca se te ha visto, nos detendremos un rato en esa cola del paro en la que jamás te paraste, cogeremos autobuses de la EMT, visitaremos algunos de los muchos comedores de Caritas que dan de comer a los que no tienen qué echarse a la boca por tu mala cabeza, y recorreremos esos parajes en los que dormitan entre cartones, o escarban en contenedores, cuantos perdieron su techo. En todos estos lugares podrás conversar con ciudadanos que sufren en sus propias carnes los efectos de esa severa crisis, enormemente agravada por tu mal gobierno, que tú llamas «desaceleración». 
Haremos nuestra excursión en buena parte a pie, si no te importa, porque no sería propio realizarla en un Audi A-8, y con motoristas delante, por mucho que seas el presidente. Incluso te diría que no te pusieras uno de esos trajes de alta costura que han hecho posible la pasada de que una revista francesa (Le Figaro Madame) te incluyera entre los diez hombres más elegantes del mundo (que ya es decir). Deberías vestir «informal», si no te importa, como cuando asistes a un mitin del partido, ¿lo pillas? Ya te daré alguna  pista más para que puedas adoptar el talante campechano que anunciabas en campaña electoral, cuando tus setecientos asesores todavía no te habían aconsejado gobernar por decreto y en favor de la banca, o de los separatistas. Deberás tener muy claro, antes de iniciar la gira, que no vamos a visitar al señor Botín, ni a los grandes empresarios, ni a los sibaritas de los sindicatos «obreros», sino a una serie de colectivos desesperados para los que eres la bicha
Luego, podremos visitar un par de clínicas abortistas, o alguna capilla católica recién profanada, siquiera por nivelar la cosa y para que no te vean volver a palacio con cara de perro. En cualquier caso, confío en que el balance del periplo resulte positivo, en el sentido de que tu «baño de multitudes» pueda hacerte acortar ese año de regencia con el que nos has amenazado, y decidir la celebración de las elecciones generales anticipadas que el pueblo español – mal llamado «soberano» – viene reclamando. 
Considera que tu historia podría venir a repetir la de aquel odiado casero neoyorkino, experto en desahucios, – que tan bien supo encarnar en el cine un genial Peter Ustinov – al que un hada castigó convirtiéndole en perro, y que  pasó a ser persona digna y respetable tras cumplir el maleficio y recobrar su forma humana. A lo mejor, en tu caso, tendrías que repetir, ya que con la vida de un solo perro no te llegaría para comprender la magnitud del problema que has creado en España. Pero créeme, Pepe Luis, si te digo que terminarás comprendiéndolo.
© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 9 de mayo de 2011

Ignorancia supina

05/05/2011
Cuando una cualidad negativa es muy grande, o está en su grado máximo, la calificamos de «supina». Así podemos afirmar que un país como España, que sigue sin conocer un sistema de educación mínimamente aceptable, padece una ignorancia supina. Dan envidia esos casi treinta lugares que nos separan de Finlandia, el país del mundo que ha sabido dotarse del mejor sistema educativo y que desconoce por tanto la lacra del fracaso escolar y, más tarde, del profesional. Parece ser que el secreto de su éxito radica en la muy alta formación de sus maestros, a la que el Estado dedica su atención más preferente. La profesión más valorada en ese país es la de enseñante. No en vano su preparación académica debe incluir, por lo menos, seis años de especializados estudios superiores. Es como si un abismo separara, en este ámbito, España de Finlandia; pero ninguno de nuestros políticos se preocupa lo más mínimo por estudiar un sistema de enseñanza que ha probado ser el mejor.
Otra característica importante de ese sistema educativo, consiste en la sustitución de la vieja idea de competitividad en las aulas por el concepto de solidaridad entre alumnos, y entre éstos y su profesor. No es admisible para un enseñante finés que una parte de los alumnos se retrasen en su proceso de adquirir conocimientos. Cuando esto ocurre, tanto el profesor (o profesora) como los compañeros que progresan adecuadamente, se esfuerzan por ayudar a los alumnos con peores notas, hasta lograr su equiparación con los de mayor aprovechamiento. Esta premisa, de obligada atención en todos los centros de enseñanza de ese país – en el que apenas hay centros privados – tiene su repercusión no sólo en el proceso de conseguir un éxito escolar generalizado, sino también en el ámbito de la formación cívica de la persona. El alto nivel formativo del enseñante, de otro lado, influye en el trato de respeto que el profesional recibe – sin necesidad de exigirlo – de sus alumnos y de los padres de éstos.         
Dicho con otras palabras, las leyes finlandesas que regulan la Educación han apostado por la búsqueda de la Excelencia, empezando por la alta capacitación de los maestros y siguiendo con el alumnado. Por último, la libertad religiosa se practica a rajatabla sin problema alguno, y se respeta el derechos de los padres a decidir sobre la formación espiritual de los hijos. Así de fácil. Los políticos de Finlandia han entendido con naturalidad – y no como lo entienden sus homólogos españoles – lo que monseñor Aguer predica en Hispanoamérica: que «cuando la cultura se descristianiza, la sociedad queda a merced de las fuerzas disolventes desencadenadas por las ideologías». Gracias a que así lo entendieron en Finlandia, no hay conflicos sociales en el país, no hay gente descerebrada que blasfeme como en los bares de Castilla-La Mancha, son contados los casos de corrupción o malversación de fondos públicos, y no hace falta llamar la atención a nadie por su comportamiento cívico. Finlandia cultiva sus generaciones de jóvenes con el mismo esmero que aplica a la explotación de sus inagotables recursos forestales: plantando siempre más pinos finlandeses de los que tala.  Es decir, con sentido común y … sumando. 
© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 25 de abril de 2011

Parsimonia hispana

05/05/2011
O nos dieron mucho bromuro en la mili  o nuestra parsimonia se acerca cada día más a la flema nipona. No se puede comprender de otro modo la pachorra con la que los españoles vienen reaccionando ante lo que está ocurriendo. La astronómica tasa de desempleo que hemos alcanzado, y que a la marcha que llevamos podría saltar en un año a los a seis millones de parados, debería tener a los celtíberos subiéndose por las paredes. Mas he aquí que nada ocurre. Nadie, ni una Oposición que se nos muestra sorprendentemente moderada, ni unos sindicatos consanguíneos del Gobierno, salta indignado al ruedo para exigir el fin de una corrupción de Estado jamás vista, y de unas políticas socialistas que nos llevan al desastre. Cuando uno recuerda las mínimas faltas que conllevan la dimisión de los políticos en las naciones democráticas, y constata la extrema gravedad de las que en España se cometen impunemente, le dan ganas de emigrar a otro país bananero donde por mal que estén las cosas, nunca estarán peor que en esta España zapateril que tiende a alpargatil.
Aunque los despropósitos y los casos de corrupción se dan en todos los partidos (pero en muy distinta medida), hay que estar ciego para no ver que los que se cometen en el seno del PSOE superan todos los límites. Felicito a Cayo Lara por haber defenestrado a ese individuo de su grupo que deseó públicamente la muerte de Esperanza Aguirre, pero no puedo hacer lo mismo con un PP que no supo apartar temporalmente de la política activa a altos cargos de su partido cuya honorabilidad está sub judice. Ahora bien, lo sucedido en el PSOE en los pasados años (y en Andalucía en los últimos treinta), que sólo podría concebirse, pongamos, en la Guinea de Obiang, exigiría un clamor de rechazo popular que hasta ahora ha brillado por su ausencia. 
Ciñéndonos a los escandalosos casos de nepotismo y sectarismo protagonizados por el tándem  Chaves-Griñán, en relación con los Eres irregulares, no se ha señalado el hecho de que entre las alcaldías y empresas andaluzas agraciadas con la monumental pedrea no hay ni una que no sea del partido socialista, o que no tenga acreditada su afinidad con este partido. Con independencia de los fraudes y malversaciones de caudales públicos que se han ido descubriendo, nos conmueve comprobar cómo cumplen los sociatas su engañosa promesa de «gobernar para todos». Emociona constatar, así mismo, cómo y a quién aplaude el gallinero socialista en el Congreso de los Diputados: con freceuncia puesto en pie y chulesco el ademán. Ahora que ya sabemos quién era la «X» de los Gal (¡menudo pájaro!), crece en nosotros la esperanza de que pronto podamos conocer los tapados del «M-11», los traidores del «Caso Faisán», las presuntas prevaricaciones del juez Garzón, las serviles actuaciones de la Fiscalía y los autores de un continuado atentado contra el Estado de Derecho que han hecho de nuestro país un vertedero.
Zapatero, Rubalcaba, Blanco ..; de la Vega, Chaves, Griñán, Bono…, ¡qué alto precio pagaréis!  CiU, PNV, PSC, CC.., enemigos mercenarios de la Patria Grande, ¡que mal os tratará la Historia!
© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 18 de abril de 2011

«Deo Juvante»

05/05/2011
Ya en vísperas de la Semana Santa (que no del «Descanso entre Trimestres»), parece justificado ahondar en esa fe mayoritaria de los españoles que a tantos parece molestar. Como amante de las comparaciones, me he puesto a cotejar nuestra denostada cultura actual con la de ese pequeño país europeo llamado Principado de Mónaco. La idea ha venido a mi mente al recordar el lema Deo Juvante («Con la ayuda de Dios») que luce en el escudo monegasco y que es también el nombre de ese yate de los Grimaldi que hemos visto amarrado en el puerto del Principado. Dicho lema, por sí mismo, nos lleva a sospechar que el sentimiento religioso ha tenido que ser un elemento de peso en la muy larga Historia de esa pequeña nación que nos parece de opereta;  y nos aviva el deseo de conocerla mejor.Nos sorprende, de entrada, que el artículo noveno de su Constitución, modificada por última vez en 2002, establezca (sic) que la religión catolique, apostolique et romaine est religión d´Etat, porque tal proclamación difiere de la norma laicista que se ha impuesto en la mayor parte de los países europeos. Ni siquiera la nueva Constitución de la catolicísima Polonia llega a tanto (si bien reivindica con vehemencia la larga lucha de la nación por recuperar la herencia cristiana que el comunismo le había hurtado, y consagra el respeto de la nación por los derechos humanos universales). Tampoco la cristiana Noruega, otrora católica, hoy protestante, alcanza el grado de confesionalidad que Mónaco proclama en su Constitución, pero ello no le impide declarar, consecuente con sus raíces, que «los valores fundamentales de la nación deberán basarse en su herencia cristiana y humanística».
Debo dar aquí mi opinión en el sentido de que la separación Iglesia-Estado me parece necesaria en una nueva Europa que admite la libertad de credos; pero ello no obsta para que también admire la continuidad en el tiempo de esa otra opción elegida por un minúsculo Principado europeo (de dos kilómetros cuadrados de superficie) cuyo potencial de aumento de población – su numerus clausus demográfico es, con Liechtenstein, Luxemburgo y San Marino, de los más reducidos del mundo. La Constitución de Andorra, por hacer una última comparación con países pequeños, reconoce a la Iglesia Católica una importancia histórica en la vida del país y la «relación especial» que la vinculan al Estado. Justa fórmula intermedia que tal vez debería haberse defendido con mayor firmeza por los padres constituyentes de nuestra claudicante España actual.
Tras reiterar que la fórmula constitucional monegasca no sería aplicable al plural Reino de España, descubro en el himno nacional del Principado una serie de pensamientos que despiertan en un servidor cierto sentimiento de envidia;  «Perpetuamos las mismas tradiciones y celebramos la misma religión…», es una de los pasajes que más me han impactado de su versión  francesa. Y en su original romance, rico en influencia francesa, italiana y catalana, llama nuestra atención la humildad poco frecuente y el medido realismo que transpira el texto: «Num sému pa gaire» (no somos muchos), / «num sému pa forti» (no somos poderosos), / «ma defendemu tuti a nostra tradiçiùn» , / «et se Diu voe n´agiüterà!» (¡y si Dios quiere nos ayudará!). Ejemplo grande de un pueblo pequeño, organizado y creyente, que ha querido igualarse por arriba. 
© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 4 de abril de 2011