Archivo de septiembre 2011

Paradojas catalanas

30/09/2011

Resulta más que curioso que los catalanistas más cerrados sean hoy los «excharnegos». Tomé el otro día un taxi en el aeropuerto de El Prat y le dije al conductor «buenos días». «Bon día y bon´ hora», fue su respuesta. Luego, en el trayecto hasta la ciudad, seguí hablándole en castellano, mientras él, erre que erre, continuaba en catalán. Como ya hace medio siglo que no resido en mi Barcelona natal, aunque he vuelto a ella infinidad de veces y conservo intacta la lengua de mi patria chica, me interesaba proseguir con aquella experiencia que podía probarme que ciertas cosas negativas que se dicen de los catalanes podrían tener su fundamento. Mas he aquí que en un momento de la conversación surgió el comentario de que el vuelo que me había traído procedía de Ciudad Real, y el hombre, para mi sorpresa, va y me suelta: «¡No foti, si un servidor es de Infantes!. Total, que un inmigrante manchego que, según me aclaró, llegó a Barcelona en los setenta, se empeñaba en imponer el catalán a quien se había dirigido a él en español; y el verdadero catalán, o sea yo, con sangre únicamente catalana desde Vifredo el Velloso, pugnaba por utilizar la lengua madre común de todos los españoles. ¿No les parece una inmensa paradoja?

Dado que mi fuerte acento catalán ha ido desapareciendo con el tiempo, el hombre pareció sorprenderse cuando le dije, ahora ya en lengua vernácula, que era oriundo de la Ciudad Condal. Pero fui yo quien le ganó en el juego al preguntarle si sabia pronunciar correctamente el trabalenguas «Setze jutges…». Tras contestarme que sí, me lo recitó. Mas, ¡ah!, allí se descubrió la patraña de un inmigrante nacido en un ilustre lugar manchego, del que debiera haber hecho gala en vez de fingir la condición del catalán que no era. Y es que esa letanía que sólo un catalán nativo pronuncia con propiedad, funciona como la prueba de los nueves a la hora de descubrir al mentecato que antepone el lugar en que reside al de su tierra natal. Juzguen, si no, ustedes mismos: «Setze jutges i un jutjat menjan fetge d´un penjat» (Dieciséis jueces y un juzgado comen el hígado de un ahorcado). Créanme si les digo que cada consonante de esta oración (bastante repugnante, dicho sea de paso), encierra una insoslayable trampa.

Siempre me ha parecido el catalán una lengua habitada por duendecillo straviesos. Ninguna otra puede sonar tan próxima a nuestro común latín predecesor: Vean este ejemplo: «Avis murris portan els nuvis a Gracia en omnibus gratis» (los pícaros abuelos llevan a los novios a Gracia en autobús gratuito). O esta precisión opcional: «Els avis quan pujan al omnibus suan» (los abuelos, cuando suben al autobús, sudan).Y tantas otras frases sonoras que no se muy bien a qué otras lenguas nos transportan: «Dígali que vingui, que no s´entretingui i que porti tot lo que tingui»… Me parece, así mismo, que «rodanchetes» suena más divertido que «rodajitas», y que ese mismo «¡no foti!» del taxista de marras, tiene más sonoridad que su equivalente castellano «¡no j…!». Otra curiosidad del catalán es que no se le dice al niño que sea bueno, sino: «fes bondat» (haz bondad), como si el niño pudiera fabricarla, o los padres esperaran que el crío cumplirá, uno tras otro, los diez mandamientos. Y convendrán conmigo que «Salut, i força al canut!», como saludo de despedida y expresión de buenos deseos utilizada entre hombres, tampoco está nada mal, … aunque brote de los labios de un catalán de Infantes.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 26 de septiembre de 2011

Papandreu y los papanatas

21/09/2011
¿Podría alguien decirme quién es el verdadero responsable del batacazo de Grecia? ¿El primer ministro socialista que ha dirigido el naufragio de la nave griega, o los millones de papanatas (con perdón para los electores griegos) que le confiaron el timón? La pregunta parece oportuna en vísperas de la cita electoral anticipada que en España nos aguarda. El paralelismo PASUK-PSOE es tan evidente, en opinión de un servidor, que no tendríamos perdón si no nos parásemos a pensar en lo que también a los españoles podría pasarnos, por mucho que el descalabro electoral del socialismo español ya nos parezca cantado. Invito, pues, a mis compatriotas (¡qué palabra tan bonita y qué poco usada ahora!) a que interrumpan por unos momentos el seguimiento de la actualidad futbolística y la programación televisiva banal que tanto tiempo absorbe a algunos, y se pongan a estudiar comparativamente la reciente Historia de Grecia … y la de España. Hoy, con las nuevas tecnologías, las tienen fácilmente a su alcance, aunque a la hora de leer los textos y las interpretaciones de los hechos que hacen sus autores, es fundamental averiguar de qué pie cojean éstos. Ustedes ya me entienden. El resto dependerá de la capacidad que hayan desarrollado a lo largo de la vida  para discernir entre lo verdadero y lo falso. Con un poco de atención, empero, y aunque sea por primera vez, podrán acudir a las urnas con más conocimiento y mejorar su solvencia a la hora de votar. Un servidor está habituado a oír la expresión «yo, es que de política no entiendo…», pero ello no quita para que la mayoría de los que se muestran así de sinceros, luego vayan a votar. Y así nos va, naturalmente.
Según el Diccionario de la Lengua, «papanatas» es la persona que se deja engañar como un chino, aunque, naturalmente, la Real Academia no lo dice con estas palabras. De ahí que se me haya ocurrido usar este término para referirme a los clarividentes helenos que un día tonto – y bien que lo están pagando – regalaron la mayoría absoluta a la formación liderada por Georgios Andreas Papandreu. También en un día tontón – y bien que lo estamos pagando – el electorado español metió la pata hasta el cuezo. Menos mal que a Frau Angela Merkel, máxima autoridad de España a la sazón, le dio por disponer el adelanto de las Generales, porque nuestro Papandreu local estaba por agotar la legislatura y nuestra santa paciencia.  
A uno le angustia conocer que el primer ministro griego, el mismo que ha convertido a su nación en la más corrupta de la UE y en la primera que quiebra estrepitosamente, sea el actual presidente, además, de la Internacional Socialista. Y le preocupa que ocupe tan alto cargo por elección de todos los socialistas europeos. Entretanto, la Unión Europea está viéndose forzada a resolver, a costa de sus miembros más juiciosos, el mayor de los dilemas que podía caerle encima: el inútil rescate de Grecia, que no sería más que una huída hacia adelante; o la traumática salida de este país de la Europa del Euro, con su correspondiente descenso a cuarta división, y la inevitable reimplantación del dracma. Y yo me digo: ¿seguirán votando socialista en el país que más sabios ha tenido por metro cuadrado? Acaso el problema de fondo sea que no disponen los helenos, como disponemos en España, de una clara opción alternativa. Grave problema éste para la vieja nación que inventó la democracia y nos enseñó a pensar. Kalimera.
© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 19 de septiembre de 2011

«Más listo que los ratones coloraos»

21/09/2011
Lázaro de Tormes – el célebre «Lazarillo» dela novela picaresca- representa el arquetipo español del listillo del lugar. Es el proyecto, en clave juvenil, del delincuente adulto. Maltratado por la vida y sin formación moral alguna, dedicará su vida a engañar y explotar al prójimo, porque no sabe hacer otra cosa. Con todo, no fue él, sino otros personajes literarios como Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, o el Buscón, de Quevedo, los que fijaron la figura del oportunista verdaderamente cínico y desaprensivo que vivió en la España del siglo XVI y sigue viviendo en la del nuestro. Trátase de ese individuo que conoce a la perfección el arte de la manipulación y que sin necesidad de ser inteligente, ni especialmente culto, ni superior en nada al común de los mortales, sabe en todo momento (hasta que un día se pasa de listo) cómo arrimar el ascua a su sardina.
El pícaro tiene consciencia de ser persona lista y de poseer, por tanto, la capacidad de engañar a cuantos incautos e ignorantes se cruzan en su camino. Podemos encontrarlo hoy ocupando un altísimo cargo en la política nacional, usando hábilmente de la mentira y disimulando su maldad. Sabe cómo aprovecharse de aquellos que, escasamente formados, tienden a confundir listeza con inteligencia. Así mismo, sabe cómo hacerse con una cohorte de estómagos agradecidos, tan cínica y parasitaria como él, que pueda cumplir la imprescindible función de claque. Es harto significativo – amén de preocupante – que la novela picaresca haya surgido precisamente en España y que lo haya hecho para retratar esa peculiar forma de ser de algunos de nuestros ciudadanos y que puede resumirse en la expresión: «la sabiduría del engaño».
Uno de sus destacados especimenes, el actual candidato a la presidencia del gobierno del partido que ha llevado al país al mismo borde del abismo, utilizará en campaña, como principal atributo, su pretendida condición de ser «el aspirante más listo». Craso error en opinión de este columnista, porque todos los españoles conocen  las variadas acepciones que la RAE y el propio uso de la lengua dan al calificativo «listo», y también al de «listillo». De inmediato nos acude a la mente la idea de que vienen a por nosotros, a por nuestro valioso voto. Otra grave equivocación se hace patente cuando se cuelga del candidato el flamante rótulo que reza: «socialista de toda la vida». Pues miren ustedes que están las cosas como para alardear de tan deslumbrante currículo y tan alta pertenencia. ¿Cómo no se darán cuenta de que es como mentar la soga en cada del ahorcado?  El mero hecho de conocer la campaña que ha parido el comité de expertos designado al efecto, da una idea de lo desnortado que puede llegar a estar un grupo político que se enfrenta a la disyuntiva de regenerarse de cabo a rabo, o desaparecer como partido importante.
No hay que ser un lince para percatarse de la opcional connotación negativa del adjetivo «listo» y de todas sus variantes. Cuando en Andalucía se dice que alguien «es más listo que los ratones coloraos», o «más listo que el hambre», no se hace referencia a Einstein, precisamente. La expresión más ajustada en el léxico actual, tal vez sea «es más listo que Belén Esteban». Y no hay más que añadir. ¡Hasta pronto!

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 12 de sepriembre de 2011

¿Acabaremos algún día con los tiranos?

21/09/2011
Cuando uno ve lo bien organizados que están los equipos de fútbol y la dedicación absoluta de los «mister» a conseguir su progreso y sus triunfos, uno se pregunta por qué en política las cosas no pueden ser igual. Sin afán de parafrasear a Mourinho, uno se pregunta por qué el diabólico coronel Gadafi no podría parecerse al seleccionador Vicente del Bosque, o a cualquiera de los expertos, viejos atletas en su especialidad que con tanto acierto y sensatez dirigen el deporte nacional. ¿Por qué no?  Un servidor acaba de ver una foto del líder libio que asusta: lleva impresa la maldad en su mirada y en cada uno de los surcos de su repulsivo rostro. De verdad que da miedo contemplarla. Es, en las antípodas de la bondadosa imagen del citado profesional, la viva estampa del Maligno.
Interesado por conocer la biografía de este sanguinario sujeto que lleva la friolera de 42 años jodiendo a su pueblo, me he quedado atónito al constatar que a un golpista de esa calaña se le hayan dado tantas oportunidades, y tantas ayudas internacionales para poder hacerse con el poder absoluto en su país.  Como en tantos otros casos, Gadafi encarna al déspota ignorante, insano y depravado que, paradójicamente, Occidente ha criado a sus pechos. A lo largo de esas largas cuatro décadas, todos los dirigentes occidentales le han dado besos. E incluso alguno la manita. Y si profundizamos en la pesquisa, comprobamos pasmados que los mayores hideputas del planeta, desde el término de la II Guerra Mundial, han sido por largo tiempo los protegidos de esos gobiernos occidentales que primero actuaron de nodriza y después los armaron hasta las orejas. Menos mal que las grandes potencias coaligadas, desde la puesta en marcha hace nueve años de la Corte Penal Internacional, acaba ahora ahorcándolos tras olvidar, porque ahora aparentemente toca, que un día los amamantaron amorosamente y al otro desarrollaron con ellos una larga y vergonzosa amistad. Si la Justicia, por mucho que se escriba con mayúscula no estuviera trastocada, también Estados Unidos, Francia e Inglaterra (por no hablar de potencias menos influyentes) deberían ser juzgadas por ese alto tribunal como cómplices y encubridoras de las atrocidades cometidas por sus criaturas.  
Aunque he puesto como buen ejemplo el caso del mundo del fútbol, podría haberlo hecho con el ámbito de la empresa. Ninguna gran empresa – o muy pocas -se encontrará con la sorpresa de que uno de sus últimos fichajes para puestos directivos se queda con los dividendos de los accionistas. Disponen para evitarlo de esos exhaustivos test psicotécnicos que tornan transparentes los conocimientos, formación y personalidad del aspirante, cosa que un servidor sabe por experiencia desde su tierna juventud. Mas he aquí que en esa grandísima empresa que es todo un país, las medidas para evitar el expolio de los accionistas – los ciudadanos – brillan por su ausencia. Cualquier loco, o cualquier cafre ambicioso de poder y riqueza, puede hoy en día alcanzarlos en su grado máximo.
Algo habrá que hacer con esa ciencia política que de ciencia no tiene nada. En el mundo global al que tendemos, habría que controlar más y mejor la calidad humana de los nuevos líderes y su capacidad moral para organizar y dirigir nuevos Estados libres. Afortunadamente, las nuevas redes sociales contribuirán a ello. Ya lo están haciendo.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 5 de septiembre de 2011

¡48 campos de fútbol!

21/09/2011
Al menos un millón y medio de jóvenes católicos – un millón de españoles y medio de extranjeros – han ocupado en Cuatro Vientos una superficie equivalente a 48 campos de fútbol. Hemos visto chicos de China, y de otros países en los que se persigue el Cristianismo, que no han podido confesar su nombre por miedo a represalias en su país de origen; otros con miles de kilómetros a pie a sus espaldas, e incluso algunos, también de lejanas naciones, que han hecho su peregrinaje hasta Madrid descalzos. Nunca podremos olvidar la maravillosa Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid en este cálido agosto de 2011, con la benéfica presencia del Papa Benedicto XVI, la alegría contagiosa de los jóvenes, su Fe admirable y ese comportamiento ejemplar del que han sabido hacer gala. Ni un solo incidente, ni una contestación abrupta a las aisladas provocaciones de que han podido ser objeto. Una vez más, el Santo Padre ha logrado congregar a la mejor juventud del mundo para rezar, bromear y convivir con ella a lo largo de cuatro día intensos, sin un minuto de desperdicio. «Hemos vivido una aventura juntos», ha dicho el anciano Papa a sus amigos los jóvenes, tras el temporal de agua y viento soportado en Cuatro Vientos la noche anterior. El Santo Padre, como hiciera antes su santo predecesor en la Silla de San Pedro, ha sabido ganarse la complicidad de la juventud moderna y audaz que no teme ir contra corriente y que en nuestra sociedad, en tantas cosas errada, genera la mayor de las esperanzas.
Nadie podrá cuestionar que estas multitudinarias convocatorias que llamamos «JMJ», adquieren una mayor dimensión en cada una de sus nuevas ediciones. La próxima, que tendrá por marco la ciudad de Río de Janeiro, podría congregar en 2013 a tres o cuatro millones de jóvenes, y fijar cuatrocientos o quinientos millones de espectadores, cristianos y no cristianos, ante los receptores de televisión de cinco continentes. La nueva y extraordinaria influencia de la palabra del Jefe de nuestra Iglesia, con la que nadie en su sano juicio debería disentir, se hace hoy más patente que nunca a través de la franja más joven de la sociedad humana. Esas «divisiones del Papa» por las que un dictador de triste memoria preguntó una vez, están siendo formadas en el seno de los jóvenes del mundo que sueñan con un mundo mejor. Y serán éstas, no cabe duda, las divisiones que lo harán posible sin otro arsenal que los valores que el Salvador nos legó. La juventud sin fronteras de nuestras «JMJ» sabrá lograr esta proeza, tras hacer suyo el mensaje del Papa, «sin avergonzarse del Señor» y sin caer en  las éticas de conveniencia, fruto del relativismo que el Santo Padre condena, que han caracterizado a los cristianos de las últimas generaciones.
La fuerza de la palabra y en particular la de la palabra divina, ha hecho de los dos últimos pontífices unos titanes. El Verbo ha vuelto a hacerse carne en ellos y a ser el excipiente de esa Verdad inmutable que ya está cambiando el mundo. El exministro Mayor Oreja confiesa convencido: «no seremos los políticos los que cambiemos el mundo, sino el regreso a los valores de nuestra tradición cristiana».
La sociedad en que vivimos – relativista, lúdica, materialista y descreída – podrá ser regenerada únicamente por esa creciente generación de los que hoy son jóvenes sensatos y bien formados, y cree en esos valores. Esperar que lo hagan los dirigentes políticos, las democracias o los mercados, sería pura utopía.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 22 de agosto de 2011

¡Ay, Gasparín del alma mía!

21/09/2011
¡Qué cosas dices, Gaspar, con ese nombre que te pusieron en la pila bautismal! ¿Qué pasó contigo, chiqulilo, para que tras recibir tan regio y evangélico apelativo te volvieras intratable? Dicen que hay nombres que marcan, pero en tu caso no se aprecia que el espíritu de aquel mago de Oriente que pasó a la Historia por perseguir un lucero que iba a conducirle a Dios, haya marcado tu personalidad. La verdad es que, salvo que lo disimules muy bien, todos diríamos que te has obcecado en seguir precisamente el camino contrario, el que te aleja de Él, como si la idea de Dios te molestara o pensaras que ha hecho algo contra ti, con ganas de fastidiarte – acaso darte la vida, o hacer que fueras comunista – y no puedes perdonarle. Esta es la imagen que nos das, Gaspar, con tu letanía de improperios contra el Santo Padre de los católicos que estos días visita España. Hasta has llegado a pedir al gobierno que «vigile» cuanto se diga en los actos de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra en Madrid, no vaya a ser que el gran teólogo e intelectual de nuestro tiempo, el Papa Benedicto XVI, vaya a decir algo que ofenda la moral. ¡Qué pasada, don Gaspar! Hay cosas, sinceramente, que hasta a tus colegas del mundo de Izquierda Unida tienen que resultar hilarantes.
Debe de ser un trauma enterarte de que ese «individuo», como tú lo llamas, que ha venido a Madrid a reunirse con la mejor juventud del mundo, es recibido por ésta y por la mayoría de los ciudadanos con inmenso respeto y cariño, y que su palabra, como ocurre en todos sus viajes – y ya sucediera antes con los del beato Juan Pablo II – es la más esperada y trascendente de cuantas puedan pronunciarse y la que más bien puede hacer a cuantos aspiramos a un mundo mejor, entre los que me permitirás te incluya. ¿A qué se debe, Gaspar, tu animadversión hacia una Institución que constituye la mayor ONG del mundo? Muchos pensamos, sin explicárnoslo, que te ofende la inmensa labor asistencial y educadora de la Iglesia, como si envidiaras que el partido comunista de tus amores no haya sido capaz de llevar a cabo algo mínimamente parecido; algo mínimamente similar a esas promesas de felicidad y justicia humanas, todas incumplidas, que mucho tiempo atrás hizo a cientos de millones de personas poco formadas que ingenuamente las creyeron.
Tu, querido amigo, que debes de leer únicamente la prensa de extrema izquierda, harías muy bien en asistir, aunque fuera con barba y gorra carrillesca por evitar habladurías, a alguno de los encuentros que Benedicto XVI celebrará en Madrid con nuestros jóvenes. Yo creo, Gaspar, que escuchar atentamente uno cualquiera de sus discursos te reportaría un gran bien. ¿Te imaginas los titulares que aparecerían en El País, el Avui, o L´Humanité, si de repente saltara al aire la noticia de que Gaspar Llamazares se ha convertido? Cosas más sorprendentes se han visto, y este columnista te desafía a dar ese paso honroso para el que no hacen falta más armas que el deseo de información y una pizca de humildad.  Puedo asegurarte que, de ocurrir tal contingencia, hasta tu gesto adusto cambiaría. Aunque fuera por una vez, sería bonito ver a un comunista sonreír. Porque convendrás conmigo que las caras de perro pueden haber sido un factor desencadenante del fin del comunismo en el mundo. ¡Arriba los corazones!

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 15 de agosto de 2011

Queridos amigos ateos:

21/09/2011
Dicen que en España más del setenta por ciento de los ciudadanos somos católicos. De ser esto cierto, el resto se repartiría entre agnósticos, ateos y fieles de otras religiones. A los últimos, los que son de religión hebrea, musulmana o cualquier otra, me limito a desearles que practiquen ese bien que en todos los credos se distingue perfectamente del mal, ya que ello podrá procurarles la salvación, según el Concilio Ecuménico II; al igual que el cumplimiento de los diez mandamientos nos la procurará a los cristianos. Me parece justo ese acuerdo conciliar que somete al mismo juicio divino a los creyentes de las grandes religiones monoteístas y que obliga a los cristianos a respetar a toda persona de buena voluntad que profese ideas religiosas distintas y respete a su vez las nuestras. No puede haber duda entre ese bien y ese mal a los que me he referido, porque ya desde el Ormuz y el Arimán de los antiguos persas tales conceptos se reconocen hondamente arraigados en la conciencia del ser humano. De esa innata capacidad de distinción entre el bien y el mal, que se acrecienta con la formación de la persona en Humanidades cualquiera que sea su confesión religiosa, ha surgido esa solemne declaración universal que hemos dado en llamar Derechos Humanos. En cuanto a los agnósticos y ateos, a ellos van especialmente dirigidas estas líneas en la ocasión, así mismo especial para los católicos, de la próxima visita a España del Sumo Pontífice – máximo constructor de puentes – de nuestra Iglesia.
A algunos de ellos podría preguntarles por qué se afanan tanto en oponerse a esa visita que dos tercios largos de españoles esperan con ansiedad y agradecen a la Providencia. Querría peguntarles por qué se preocupan con tanto ahínco de los gastos que la importante visita ocasionará, omitiendo todo cálculo sobre los ingentes ingresos y beneficios, claramente superiores a esos gastos, que se derivarán de la estancia en Madrid de un millón y medio de jóvenes procedentes de otras provincias españolas y otros países, o de esa retransmisión televisiva de los actos que será captada, según todas las estimaciones, por doscientos millones de espectadores de los cinco continentes. Se olvidan estos amigos míos ateos de que hay una legión de españoles voluntarios que no facturarán un céntimo por dedicarse en cuerpo y alma a hacer de la visita del Papa un acontecimiento histórico, y por tanto memorable. Se olvidan de que el anciano Santo Padre viene a España a reunirse con la mejor juventud del mundo, la más solidaria y la que más podrá aportar, sin duda, a un mundo más justo y a un futuro mejor para esta Humanidad que hoy se halla en el mayor peligro. Olvidan que viene a visitarnos para hablarnos del bien, o sea, de la necesidad de que nos amemos los unos a los otros, de que no nos dejemos corromper ni en lo moral ni en lo económico. Viene, como saben muy bien ( y acaso sea esto lo que les irrita) a hablarnos de la importancia de la familia, del sagrado derecho a la vida, de la necesidad de una educación totalmente libre, de la lacra del materialismo, de la locura de las guerras y de tantas otras cosas que, para su infelicidad, la sociedad humana ha olvidado.
A mis amigos ateos, a esos a quienes tanto ofende la visita papal, habría que preguntarles de donde sacan su odio y cómo se lo explican a sí mismos de una forma racional, si es que alguna vez lo han intentado. Porque no parece lógico que los mismos que pretenden manifestarse contra esa visita de Su Santidad y abuchearle si les fuera posible, no mueven jamás un dedo para denunciar, por ejemplo, la vergonzosa posición de España como primer país consumidor mundial de cocaína, o las injustificables ventas realizadas por el Gobierno español de minas antipersonas y de un variado armamento que incrementa la posibilidad de conflictos bélicos entre países del Tercer Mundo. Al autor de estas líneas no le entra en el cacúmen que se pueda mantener ese odio contra una institución como la Iglesia Católica que es la que más labor humanitaria, asistencial y educativa realiza en el mundo. No le entra en la cabeza que pueda denostarse la altruista misión de un millón de voluntarios católicos españoles, o la de decenas de millares de religiosos que se esfuerzan, a menudo al precio de la propia vida, en dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, enseñar al que no sabe.., dando así cumplimiento a esas Obras de Misericordia que Jesús nos ordenó practicar.
¿Por qué esa mayoría de población que formamos los católicos – y no olvidemos que la mayoría es un grado en todo sistema democrático – tenemos que soportar tantos ataques de nuestros amigos ateos, incluso de nuestros gobernantes ateos, que ya es el colmo? No se dan cuenta, al parecer, de que nadie puede ganarle un pulso a Dios. Diríase que los miembros de IU, o del desgobierno socialista que padecemos, se creyeran perdurables en el tiempo, sin considerar que en unos años, aunque este articulista les desee de corazón larga vida, sus cuerpos biodegradables y el de un servidor de ustedes (que no las almas) estarán criando malvas; mientras que la Iglesia Católica, con las cíclicas persecuciones a las que ya viene acostumbrada, seguirá viva y coleante per secula seculorum. Amén.

© 2011 José Romagosa Gironella
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 15 de julio de 2011 -Especial con motivo de las Fiestas de La Pandorga

M… hasta las cejas

21/09/2011
Nunca como en esta época socialista que nos ha tocado vivir, habíamos visto a España tan cubierta de m…  Nuestra Historia está plagada de largas etapas de miseria, e incluso de violencia extrema, que fueron sentando las bases de esa leyenda negra cuya autoría atribuimos a envidia de gabachos o a siniestras maquinaciones de la Pérfida Albión. Hemos sido dominados y dominantes, conquistados y conquistadores, y, cualquiera que fuera nuestra suerte, siempre supimos dejar escritas admirables páginas de la Historia. Pero nunca habíamos ofrecido la despreciable imagen de un país cubierto de m… como la que venimos dando al mundo de unos años a esta parte. No hay un área en la que los políticos (una parte de ellos, naturalmente) no se hayan revelado corruptos y cubiertos de m… hasta las cejas. La población española, por primera vez en la Historia, se muestra indignada y señala valientemente a su clase política como el problema que más le preocupa. La bien orquestada quiebra de esos valores que antes llamábamos cristianos porque coincidían con los sabios Mandamientos de nuestra Fe, ha sido usada como libre y seguro pasaporte hacia un humillante modelo de sociedad que hace burla de la dignidad humana y es causa de que el mundo se burle hoy de nuestro país.
Ante la degradación moral que los mal llamados «progres» han traído a España, se han alzado unos admirables frentes de libre opinión capaces a todas luces de luchar contra este estado de cosas. Se les ha querido acallar y eliminar drásticamente del mapa, pero no lo han conseguido; y los españoles, gracias a esos frentes, pueden saber por fin  lo que está ocurriendo. Y rebelarse contra ello. Ante una Justicia descaradamente politizada que ha dado al traste con el mismo Estado de Derecho, vemos con satisfacción que la libertad de expresión se alza con el triunfo. Mientras unas izquierdas conniventes con el poder se afanan por silenciar los escándalos (cosa que ya parece imposible), los demócratas de verdad , que son de todos los signos políticos, luchan por proclamar la Verdad. Peor, mil veces peor que cualquier crisis económica que un pueblo pueda padecer, es la decadencia moral que se asienta en el afán de dinero y de poder de su clase dirigente.
Los españoles esperan que una nueva clase política, escarmentada en cabeza ajena, sepa reconducir a nuestra nación por la senda de la dignidad y el progreso. Pero, obviamente, desconfía. Ha sido excesivo el daño que el país ha sufrido por culpa de unos dirigentes sin formación humanística alguna y con una gran ambición personal como único bagaje, para que los españoles podamos de repente creer a pies juntillas en los que nos van a gobernar, con toda probabilidad, en los próximos años. Las cosas pintan mucho mejor, sin duda alguna, pero, como dice el adagio, «por sus hechos los conoceremos».

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 18 de julio de 2011

Orgulloso de ser de derechas

21/09/2011
Me he pasado la vida intentando no ser de izquierdas ni de derechas. He conseguido no dejarme llevar por el recuerdo de una guerra civil que obligó a mi padre, empresario barcelonés, a pasar tres años oculto lejos de casa. No he querido pensar en que si aquellos milicianos que venían a registrar mi casa hubieran descubierto su escondite, lo habrían fusilado. Pasada la guerra, jamás conseguí que me hablara de su largo confinamiento. No quiso mi padre inculcarnos sentimiento alguno negativo hacia aquella media España que había buscado su muerte. Tampoco a mi madre le oí jamás una palabra de lamento, y mucho menos de rencor. Siendo la mía una familia de larga tradición cristiana, siempre atribuí esa actitud de mis padres al saludable ejercicio del perdón, como Dios manda.  
Es curioso que cuando un columnista va frisando los ochenta no pueda a veces evitar que sus artículos se tornen autobiográficos, como las tediosas «guerritas del abuelo». Es imposible disociar la reflexión de lo que uno ha vivido y ha sentido. Permitidme, pues, que añada que nunca he dejado de ver como a hermanos a esos «vencidos» que marchaban, hambrientos y andrajosos, por la carretera de Port Bou, hacia el «refugio» francés. Aunque entre ellos hubiera podido estar aquel que habría fusilado a mi padre si lo hubiera capturado, siempre he acusado en mis entrañas un profundo sentimiento de tristeza al contemplar esas imágenes amarillas de aquel éxodo. No, amigos lectores, gracias seguramente a mis padres no siento rencor ni odio hacia ellos: sólo la más honda tristeza por una guerra fraticida que nunca debió producirse. 
De igual forma que respeto a una clase conservadora que creó empresas y empleo cuidando al trabajador, respeto, aún más si cabe, la memoria de aquellos que se dejaron la vida en las tierras yermas de Las Hurdes, en las minas de Asturias, o en los secanos de Castilla que hicieron clamar a Rosalía:  ¡Castellanos de Castilla, / tratade ben ós gallegos, / cando van, van como rosas, / cando vén, vén como muertos!  Las clases sociales no se elegían, sino que venían determinadas por el azar caprichoso del lugar de nacimiento. No sólo fueron los caciques y las clases pudientes los que esclavizaron nuestra mano de obra. A menudo fue el labrador quien abusó del segador, porque la injusticia, por desgracia, no ha conocido de clases.
De lo expuesto podría deducirse que un servidor es de centro (centro-izquierda, centro-derecha, según el problema), como ha intentado serlo toda su vida. Pero, ahora, en el año 2011, cuando ha sufrido la inmensa «decepción PSOE», como la están sufriendo todos los españoles no afiliados a ese partido, puede y debe proclamar a los cuatro vientos que se declara de derechas, católico y demócrata, y que luchará por sus ideales mientras le quede aliento.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 11 de julio de 2011

El enemigo interior

21/09/2011
De no ser por las Elecciones Generales que toda España espera cual agua de mayo, el grado de desesperación de los ciudadanos al descubrir en su propio Gobierno al peor de sus enemigos, habría rebasado todos los límites. Sólo la confianza en un próximo cambio de dirigentes, y por tanto de políticas, mantiene vivo el espejismo de una paz social inexistente. Sin esa fecha de caducidad del peor Gobierno que España ha tenido en su etapa «democrática»; sin ese punto de luz que nos permite divisar la ansiada salida del túnel, tiempo ha que los españoles habríamos saltado a la calle a exigir la inmediata restitución de ese Estado de Derecho que – ¿quién podía sospecharlo? – el propio Gobierno nos ha hurtado.
Recuerdo mis años juveniles en la Escuela Naval de Marín, y ese orgullo de buque escuela de veinte velas – el Elcano – cuya bandera de combate, la que sigue ondeando en su popa en las grandes solemnidades, fue donada en 1928 por la Diputación Provincial de Guipúzcoa; la misma institución – ¡qué paradoja! -que hace unos días, tras la entrada de Bildu en las instituciones vascas, ha decido el arriado de esa misma bandera de España en la fachada y salón de plenos de su histórico edificio.    
¡Qué verguenza, así mismo, la retirada del gran retrato de S.M. el Rey del sinfoalón de plenos del Ayuntamiento de San Sebastián! Es inconcebible que cualquier españolito de a pie, como cierto joven catalán que a los dieciocho años juró la bandera en San Fernando con lágrimas en los ojos – en un acto que siempre recordará entre los más importantes de su vida – venere más la enseña de su patria que unos indignos gobernantes – reos de alta traición – que consienten cobardemente tan escandaloso ultraje a nuestros símbolos más preciados. ¡Cómo no se nos pone de pie toda la sangre ante este autoataque, perpetrado desde dentro de nuestro país, contra la dignidad  nacional!
¿Cuáles serán los sentimientos de los guardamarinas de 4º curso al conocer que ese pabellón rojo y gualda, máximo emblema de España que ondea a popa, ha sido arbitrariamente expulsado de la fachada de la antigua institución que un día histórico lo donó al buque, sin que el Gobierno de su patria haya tenido los cojones de obligar a reponerlo de inmediato en el lugar que la Ley exige. Hay que preguntarse también qué sangre corre por las venas de quienes consienten tanta iniquidad, o si hay alguna mano negra que hace que sean españoles, o que así se llamen por lo menos, los que llevan España a la ruina.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 27 de junio de 2011