Archivo de julio 2011

M… hasta las cejas

23/07/2011

Nunca como en esta época socialista que nos ha tocado vivir, habíamos visto a España tan cubierta de m…  Nuestra Historia está plagada de largas etapas de miseria, e incluso de violencia extrema, que fueron sentando las bases de esa leyenda negra cuya autoría atribuimos a envidia de gabachos o a siniestras maquinaciones de la Pérfida Albión. Hemos sido dominados y dominantes, conquistados y conquistadores, y, cualquiera que fuera nuestra suerte, siempre supimos dejar escritas admirables páginas de la Historia. Pero nunca habíamos ofrecido la despreciable imagen de un país cubierto de m… como la que venimos dando al mundo de unos años a esta parte. No hay un área en la que los políticos (una parte de ellos, naturalmente) no se hayan revelado corruptos y cubiertos de m… hasta las cejas. La población española, por primera vez en la Historia, se muestra indignada y señala valientemente a su clase política como el problema que más le preocupa. La bien orquestada quiebra de esos valores que antes llamábamos cristianos porque coincidían con los sabios Mandamientos de nuestra Fe, ha sido usada como libre y seguro pasaporte hacia un humillante modelo de sociedad que hace burla de la dignidad humana y es causa de que el mundo se burle hoy de nuestro país.
Ante la degradación moral que los mal llamados «progres» han traído a España, se han alzado unos admirables frentes de libre opinión capaces a todas luces de luchar contra este estado de cosas. Se les ha querido acallar y eliminar drásticamente del mapa, pero no lo han conseguido; y los españoles, gracias a esos frentes, pueden saber por fin  lo que está ocurriendo. Y rebelarse contra ello. Ante una Justicia descaradamente politizada que ha dado al traste con el mismo Estado de Derecho, vemos con satisfacción que la libertad de expresión se alza con el triunfo. Mientras unas izquierdas conniventes con el poder se afanan por silenciar los escándalos (cosa que ya parece imposible), los demócratas de verdad , que son de todos los signos políticos, luchan por proclamar la Verdad. Peor, mil veces peor que cualquier crisis económica que un pueblo pueda padecer, es la decadencia moral que se asienta en el afán de dinero y de poder de su clase dirigente.
Los españoles esperan que una nueva clase política, escarmentada en cabeza ajena, sepa reconducir a nuestra nación por la senda de la dignidad y el progreso. Pero, obviamente, desconfía. Ha sido excesivo el daño que el país ha sufrido por culpa de unos dirigentes sin formación humanística alguna y con una gran ambición personal como único bagaje, para que los españoles podamos de repente creer a pies juntillas en los que nos van a gobernar, con toda probabilidad, en los próximos años. Las cosas pintan mucho mejor, sin duda alguna, pero, como dice el adagio, «por sus hechos los conoceremos».

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 18 de julio de 2011

Orgulloso de ser de derechas

12/07/2011

Me he pasado la vida intentando no ser de izquierdas ni de derechas. He conseguido no dejarme llevar por el recuerdo de una guerra civil que obligó a mi padre, empresario barcelonés, a pasar tres años oculto lejos de casa. No he querido pensar en que si aquellos milicianos que venían a registrar mi casa hubieran descubierto su escondite, lo habrían fusilado. Pasada la guerra, jamás conseguí que me hablara de su largo confinamiento. No quiso mi padre inculcarnos sentimiento alguno negativo hacia aquella media España que había buscado su muerte. Tampoco a mi madre le oí jamás una palabra de lamento, y mucho menos de rencor. Siendo la mía una familia de larga tradición cristiana, siempre atribuí esa actitud de mis padres al saludable ejercicio del perdón, como Dios manda.

Es curioso que cuando un columnista va frisando los ochenta no pueda a veces evitar que sus artículos se tornen autobiográficos, como las tediosas «guerritas del abuelo». Es imposible disociar la reflexión de lo que uno ha vivido y ha sentido. Permitidme, pues, que añada que nunca he dejado de ver como a hermanos a esos «vencidos» que marchaban, hambrientos y andrajosos, por la carretera de Port Bou, hacia el «refugio» francés. Aunque entre ellos hubiera podido estar aquel que habría fusilado a mi padre si lo hubiera capturado, siempre he acusado en mis entrañas un profundo sentimiento de tristeza al contemplar esas imágenes amarillas de aquel éxodo. No, amigos lectores, gracias seguramente a mis padres no siento rencor ni odio hacia ellos: sólo la más honda tristeza por una guerra fraticida que nunca debió producirse.

De igual forma que respeto a una clase conservadora que creó empresas y empleo cuidando al trabajador, respeto, aún más si cabe, la memoria de aquellos que se dejaron la vida en las tierras yermas de Las Hurdes, en las minas de Asturias, o en los secanos de Castilla que hicieron clamar a Rosalía:  ¡Castellanos de Castilla, / tratade ben ós gallegos, / cando van, van como rosas, / cando vén, vén como muertos!  Las clases sociales no se elegían, sino que venían determinadas por el azar caprichoso del lugar de nacimiento. No sólo fueron los caciques y las clases pudientes los que esclavizaron nuestra mano de obra. A menudo fue el labrador quien abusó del segador, porque la injusticia, por desgracia, no ha conocido de clases.

De lo expuesto podría deducirse que un servidor es de centro (centro-izquierda, centro-derecha, según el problema), como ha intentado serlo toda su vida. Pero, ahora, en el año 2011, cuando ha sufrido la inmensa «decepción PSOE», como la están sufriendo todos los españoles no afiliados a ese partido, puede y debe proclamar a los cuatro vientos que se declara de derechas, católico y demócrata, y que luchará por sus ideales mientras le quede aliento.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 11 de julio de 2011

La izquierda respetable

04/07/2011

La izquierda respetable, la del honrado Julio Anguita, por ejemplo, y la del ético sindicalista Jesús Iglesias, sinceros defensores de los valores sociales, ya no existe. Una cosa es la izquierda culta – y necesaria en una democracia – por la que ambos lucharon con tanto afán, y otra, muy distinta, el rojerío que algunos, en mala lid, pretenden resucitar. Los «ideales» marxistas, afortunadamente, pasaron a la Historia del mundo con la caída del «muro», la disolución de la Unión Soviética y de los regímenes comunistas del «Este». Y, en nuestro sufrido país, pasó a mejor vida con la transición a la democracia y la Constitución del 78. Lamentablemente, ni Cayo Lara es Julio Anguita, ni la sinecura montada por Méndez y Toxo tiene nada que ver con el útil sindicalismo del recordado Jesús Iglesias. De ahí que el Partido Comunista tuviera que cobijarse en España al socaire de Izquierda Unida, y que el Partido Socialista Obrero Español, por su pertinaz desprecio a la democracia en su última etapa de gobierno, haya sufrido el más espectacular descalabro electoral del mes de mayo y se halle ahora en vísperas de lo que podría ser la mayor derrota de su historia. La palabra comunismo nos recuerda la vieja bicha, y la sigla PSOE causa verdadero horror gracias a unos gobernantes mentalmente enfermos que Pierre Accoce y Pierre Rentchnick habrían sin duda sicoanalizado en su ensayo «Ces Malades Qui Nous Gouvernent» (Estos Enfermos Que Nos Gobiernan), si lo hubieran escrito en nuestra época.
Los españoles, que han podido vivir adormecidos durante algún tiempo, están despertando. El curriculum de un presidente del gobierno cuya trayectoria al frente del país arroja el peor balance jamás registrado, y las maquinaciones de un «nuevo candidato» que hasta ha tenido que cambiar de nombre para causar menos temor, deberán estar presentes en la mente y el corazón de cuantos seremos llamados a las urnas en fecha aún desconocida. El voto en esta ocasión decidirá, como nunca antes, el futuro de España. Decidirá, concretamente, si nuestro país opta por nuevas políticas capaces de recuperar el tiempo malgastado hasta igualarnos a la media de desarrolo de la Unión Europea o si, por el contrario, elige consolidarse en el grupo de países «PIGS» (Portugal, Italia, Grecia, España) condenados a ser administrados desde fuera por no saber administrarse por sí solos.
Advertidos como estamos de cómo un partido gobernante puede actuar en contra de los auténticos intereses de España, y de cómo el interés personal de nuestros actuales gobernantes se ha venido anteponiendo al bien general, si el próximo proceso electoral no resultara en un cambio total de personas y de ideas, tendríamos que creer que nuestro país está definitivamente condenado a tener el gobierno que en verdad se merece. Nunca como en estos momentos el futuro – la salvación – de nuestro país dependerá de la capacidad de los españoles para discernir con objetividad lo que le conviene, ocurra lo que ocurra – que algo ocurrirá – antes de las  próximas elecciones

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 4 de julio de 2011

Rubalcaba y su ilusorio «dique de contención»

04/07/2011

La falta de realismo que ha caracterizado las decisiones del PSOE durante los últimos años, y la manifiesta incoherencia entre su ideología (if any, como dicen los anglófonos, es decir, si tiene alguna ) y sus hechos, justifica que sus desprestigiados líderes sigan soñando utopías.
«Gobernaremos para todos», nos dijeron un día sin sentirlo, con tal de captar votos; pero nadie ha gobernado para «los de casa» con tan obsesivo afán, como los socialistas de Zapatero. Felizmente, no parece que puedan seguir engañando a los españoles por mucho tiempo, ni que estén en condiciones de seguir haciéndolo en amplios sectores del país. Esta ha sido la última vez que la anacrónica «O» de su sigla, que ya no representa a nadie en la nueva España pequeñoburguesa, encandila a los nostálgicos de una dictadura del proletariado que, como es sabido, nunca existió en España. «Dictaduras, ni la del proletariado» – reconoció abiertamente un intelectual de izquierdas fallecido hace unos días. Me refiero al hispano-francés Jorge Semprún, el único excomunista que, de no haber negado a Dios, habría podido ser gran humanista.
Rubalcaba, por ejemplo, el histórico responsable de que Bildu se halle hoy en las instituciones vascas; el mismo que ha perdido todos sus papeles tras coadyuvar a la pérdida de los de su jefe – que andan volando por los aires – agradeció días atrás a sus militantes que siguieran dándole su confianza (cosa que con el tiempo se verá). Ya tengo el apoyo de «mi gente», vino a decir, antes de anunciarles su intención de salir a la calle a pedir el voto de «la gente». He aquí la distinción que los socialistas han venido haciendo entre unos españoles y otros, mientras una falsa idea de igualdad y la no menos falsa  promesa de «gobernar para todos» presidían su discurso. Es harto evidente que a Zapatero, Blanco y Rubalcaba, y a los llamados barones, sólo les importa «su gente», es decir su club de afines. La otra mitad larga de España – «la gente» – les importa un comino. Y uno ha de preguntarse si puede hablarse de democracia en un país donde se gobierna así.
De otro lado, el anuncio de Rubalcaba de constituir a su partido en dique de contención de cualquier programa de Rajoy, por acertado que éste sea, es una prueba más de su sectarismo antipatriota. ¿Y qué decir del ofrecimiento que ahora hace a los españoles de poner rápidamente en marcha no se qué fórmulas secretas para la salida de una crisis por la que no ha sabido aportar medida alguna eficaz en estos años pasados.

© 2011 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 13 de junio de 2011