Archivo de junio 2012

Fútbolandia

13/06/2012
Mi habitual vecino de página, Miguel Morales do Val, trataba la semana pasada de la España libertina. Me pareció muy bien traída su reflexión sobre la imagen de pasión y libertinaje que la palabra España transmite en la actualidad al mundo. Basaba su argumentación en cierta encuesta realizada entre directivos de una importante red de investigadores de mercados, sobre las ideas que les vienen espontáneamente a la cabeza al escuchar el nombre de España. Las respuestas fueron, de mayor a menor: Fútbol, Toros, Sol, Vacaciones, Flamenco y Paella.
Habiendo sido mencionada la idea del fútbol por el 27 por ciento de los entrevistados, y la de la paella por algo más del 8, debemos aceptar que el nombre de nuestro país, ese que viene en llamarse la «marca España», le dice poco a la gente sobre otras características o posibles virtudes nuestras ajenas al denominador común pan y circo. No hay más, mal que a algunos nos pese, que invite a los extranjeros a venir a España. Si alguien hubiera contestado Museos, Creatividad, Monumentos, o Ambiente Intelectual, su respuesta habría ocupado un lugar muy de cola en la lista mencionada. 
Y si entramos a analizar el significado de que España equivalga principalmente a fútbol, veremos que la ignorancia que esta realidad denota ha de ser forzosamente compartida por los ofertantes y los demandantes del show. La locura por el Barça o por el Real Madrid que hemos podido constatar en nuestros viajes por África, es algo tan lamentable como el bajo nivel de educación que España comparte con ese continente.
Según nos informaba Morales do Val, la Pasión y el Libertinaje son las principales características que los extranjeros atribuyen a nuestra forma de ser. Y un servidor está totalmente de acuerdo con ello, aunque lamentando que esa capacidad pasional no la apliquemos a empresas dignas de mejor causa; y que el afán de libertinaje nos lleve al sinsentido de pitar al himno nacional de nuestro país, incluso en presencia del Príncipe don Felipe. Que hechos tan reprobables se cometan, casi exclusivamente, en un gran estadio de fútbol, hablan por sí mismos del poder embrutecedor de un deporte que los césares y las masas han divinizado. El importante encuentro FC Barcelona – Athtletic Club de Bilbao, amén de excelente desde el punto de vista deportivo, ofreció al mundo el triste espectáculo de una nación contestada en su unidad, precisamente, por los separatismos políticos presentes en los seguidores de los dos equipos aspirantes a la Copa del Rey. 
© 2012 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 28 de Mayo de 2012

La deuda y otras calamidades

13/06/2012
El mito de Fausto ha trascendido el ámbito literario para convertirse en la realidad más extendida. La lacra estadounidense del «winner» compulsivo se ha contagiado a todas las sociedades occidentales.Vemos aumentar en ellas el número de personas que logra triunfar a toda costa, incluso al precio de vender su alma. Ya no necesita a Mefistófeles el Fausto de nuestro tiempo, pues ha negado la existencia de Dios, y con ello al Maligno como parte contratante. Los Faustos de hoy se ponen con heroína y usan información privilegiada y el poder de los Medios. Oscuros seres humanos que nunca habrían sobresalido por su talento natural, logran poder y riquezas ingresando en clubes privados – también llamados «partidos» – que roban a la sociedad. 
Casi al término de la obra de Goethe, concretamente en su escena V, cuatro «mujeres escarnecidas» se aparecen a Fausto, dispuestas a pedirle cuentas. Sus nombres son: Escasez, Deuda, Zozobra y Necesidad. Representan las calamidades que el hombre oscuro y sin escrúpulos siembra a su paso.
Nuestro mundo actual, en el que el individuo más gris puede verse aupado a delicados puestos de mando, constituye el caldo de cultivo ideal para el desarrollo de esas calamidades. Lo hemos vivido en carne propia hasta hace apenas unos meses. El protagonista de esta otra tragedia de la vida real, que no la víctima, ni siquiera tuvo que luchar con malas artes para alcanzar el poder o la riqueza: se encontró con ello; se lo pusieron a huevo unos correligionarios ambiciosos, suplentes de Mefistófeles, que, ellos sí, planeaban lucrarse del río revuelto en que convertirían al país. La crisis contra la que luchamos, esta crisis que es la mayor de los últimos cincuenta años y que ha vuelto a traernos escasez, deuda, zozobra y necesidad, nos duele especialmente porque nos consta que habríamos podido esquivarla o, por lo menos, recibirla preparados. Y hubo un tiempo en que estábamos preparados. Pero, ¿cómo se esquiva una crisis que en realidad no viene, porque es invento de la derecha? ¿Por qué conservar las arcas orondas, con la de amiguetes que permiten apadrinar, si no se vislumbra peligro alguno en lontananza?  
El drama de Fausto no es de hecho el de él, ya que al final se salva. Lo mismo podríamos decir de nuestro desalmado Don Juan, y de una legión de villanos de nuestra novela picaresca. Quienes pagan por sus iniquidades siempre son los demás. Llamémoslo corporativismo, dejadez de la Justicia o misericordia divina, la verdad es que son pocos los aprovechados de la cosa pública que reciben su castigo. Por fortuna, también estamos comprobando que un nuevo Gobierno central, valiente, serio y responsable, progresa adecuadamente. De momento, los estrictos controles económicos – una de las reformas más urgentes que reclamábamos los españoles – vuelven a funcionar. Fausto tendrá que emigrar, o acabar muy malamente.

 

© 2012 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 21 de Mayo de 2012

Caos

13/06/2012
Según la tradición, caos fue el estado de confusión de los elementos anterior a la organización del Universo. En nuestro mundo actual, es el estado de gran confusión en que siete mil millones de mortales nos debatimos. La España de las Autonomías, por ejemplo, no es sino la obra de unos constituyentes que creyeron poder mejorar la Suiza de los cantones y la Alemania de los landers. Nos duela o no reconocerlo, España dista de ser la unidad política que desearíamos que fuera. El día a día nos muestra que no hemos sabido unir sus partes con cemento de calidad. El Estado de las Autonomías, por la dejadez de gobiernos de triste memoria, va camino de dar al traste con el espíritu de pertenencia a una gran nación. La Revolución Francesa no se propuso acabar con la idea de patriotismo, ni siquiera con la de grandeur, heredadas de un pasado autoritario; pero en España no hemos sabido separar el grano de la paja y se ha hecho creer a la gente que el orgullo de sentirse español en la nueva España autonómica es una secuela franquista de la que hay que liberarse.   
De otro lado, Internet y sus redes sociales canalizan ahora el descontento popular, añadiendo nuevas voces al guirigay hecho sistema. Su poder de convocatoria permite equiparar sus voces a las de un potente partido político ex novo, que no figura en registro alguno, pero representa claramente el sentir de los ciudadanos, en especial de los más jóvenes. A muchos nos parece bien gran parte de las exigencias que los «indignados» plantean. ¿Cómo no juzgarlas oportunas cuando este espontáneo movimiento en pro de más democracia, inaugurado en Madrid hace justamente un año, ha merecido extenderse a un centenar de países? 
Lo que nuestros políticos deben corregir, a su vez, es el caos insostenible en que han sumido al nuevo Estado. Caos ocasionado por el mayor grado de despilfarro que España ha conocido y que ha agravado a su vez la tremenda crisis económica que hoy tenemos que combatir. El mayor problema estriba en que ahora necesitamos políticos de categoría, de esos que merecen el apelativo de «hombres y mujeres de Estado». Necesitamos buscar una forma de vida más significativa, y esto sólo podrá lograrse si la Humanidad – la juventud indignada de hoy, sobre todo – aprende a comportarse sin obsesiones egocéntricas; pensando en dar antes que en recibir; tratando de vencer al mal con el bien, y reorganizándose individualmente antes de lanzarse ciegamente a cambiar el mundo. 
 

© 2012 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 14 de Mayo de 2012

Memorias de África

13/06/2012
Mi amigo Federico Valero suele mandarme «power points», de esos que merecen ser abiertos y saboreados. Uno de ellos me ha agradado especialmente, pues contiene una síntesis biográfica de la joven somalí Waris Dirie que, por azares del destino, pasó de pastorear el rebaño de su familia nómada a ser una de las modelos más cotizadas en nuestro mundo blanco; amén de embajadora en África de la UNESCO.
El citado «power point», además de recordarme lo que ya había leído años atrás en Flor del desierto (primer libro escrito por Waris Dirie, allá por 1997) sobre la extirpación del clítoris y de los labios menores de la vagina que tuvo que sufrir en su infancia, han traído a mi memoria un viaje que realicé hace años por el África occidental exfrancesa, a bordo de un vetusto Jeep. Me han devuelto de pronto el recuerdo de un alto en el desierto mauritano, en un lugar desolado en el que había divisado unas jaimas. Me encontré allí con un grupo de familias nómadas que vivían exclusivamente de la poca carne y la escasa leche producidas por un rebaño de cabras y cuatro camellas, y de los huevos que les proporcionaba un puñado de gallinas.
Fui testigo, por enésima vez en mi viaje, de la extrema hospitalidad que los desheredados de África ofrecen al viajero. Aún puedo recordar el delicioso sabor del té de ritual que me ofrecieron al llegar, bajo el fresco resguardo de una de aquellas tiendas: nada que envidiar al té con menta, a doce euros la taza, del piano bar del lujoso hotel La Mamounia,  que semanas antes había degustado en Marrakesh, Y, al llegar la  noche (porque no me dejaron marchar hasta la mañana siguiente), un exquisito caldo de gallina  aux fines herbes, clara herencia de un pasado colonial en la inmensa soledad del desierto. Pero el obsequio más sorprendente fue el que pretendió ofrecerme un anciano de la tribu, de aspecto bíblico, que apareció en la jaima al caer la noche. Venía acompañado de su esposa, casi tan vieja como él, y me lanzó titubeando la pregunta de si me apetecería «yacer» con ella. Al contestarle que no, me esforcé en mostrarle mi agradecimiento para no ofenderles, mientras otra de las mujeres presentes me susurraba al oído:  «pas d´árgent, monsieur». Tratábase de un ofrecimiento gratuito. Luego supe que la edad de aquellos «ancianos» no alcanzaba los cuarenta. Caso normal en un país en el que la esperanza de vida expira a los cincuenta.
Toda mi vida recordaré este episodio como muestra del extremo inaudito al que puede llegar la hospitalidad de los más pobres de la Tierra. Otro día les contaré que, al anochecer, tuve que salir de la tienda para «llamar por teléfono» (ya ustedes me entienden), y, cuando volví a entrar, un chiquillo (al que había hecho feliz una de mis botellas azules de «Solán de Cabras»), estaba hablando con su madre en dialecto mauritano. La buena mujer me tradujo, entre risas, que el crío quería saber si la c… de los blancos también era de este color. Perdonen , pero son mis memorias de África.
© 2012 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día 23 de abril  de 2012