Archivo de julio 2010

Cierta mirada preocupada

26/07/2010

Como ciudadano observador que creo ser, he podido notar cierta mirada preocupada en la persona de nuestro actual presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Quiero pensar que don José María Barreda no puede estar de acuerdo con lo que el presidente del Gobierno Nacional está haciendo, y que está librando una lucha interior, muy difícil seguramente de resolver, entre su lealtad partidista y las íntimas convicciones morales que me permito suponerle.
Un día le vimos desmarcarse sobre la ley del aborto, en lo concerniente a esa nueva posibilidad legal de que una niña de 16 años pueda abortar sin decir ni mu a sus padres. Pero nada nos dijo sobre las connotaciones éticas de esa ley que permitirá que, en pocos años desde su entrada en vigor, podamos afirmar estadística en mano que un millón de nascituri españoles han sido asesinados en el vientre de sus madres. Y tampoco le hemos visto manifestarse sobre las aberraciones morales y políticas que el factótum de su  partido está en la actualidad perpetrando, contra la voluntad, por lo menos, de la mitad de los españoles, y con la connivencia, claramente evidenciada, del resto.
No parece aventurado suponer que el señor Barreda tiene un discurso en famille, que no osa expresar en público, tanto sobre la errática y peligrosa trayectoria que José Luis Rodríguez Zapatero está siguiendo, por ejemplo, en el asunto del «Estatut», como sobre las maquinaciones de su cordobés colega «catalán». Y por ello me sorprende en extremo que no se atreva a demostrar que es un hombre de Estado y no un político a la orden, y que sabe discernir, a pesar de sus complejos condicionantes partidistas, entre lo que es bueno para España y lo que pone a nuestro país y a nuestra Constitución en el más grave de los peligros.
No son sólo los asuntos regionales los que deben ahora preocuparle, sino el negro futuro que un moderno Tenorio está fraguando para España entera.
Ante la imposibilidad de que la Oposición cumpla su misión de freno, debido a su escasez de votos y a una mejorable ley electoral, la esperanza de muchos españoles está puesta en ese lider, aún no aparecido, que se atreva a plantarse con energía – y con los «atributos» que la ocasión requiere – ante los gravísimos errores que se están cometiendo en nuestra patria. Necesitamos esa «Estatua» del Comendador que, como en el drama de Zorrilla que tanto juego ha dado en la última sesión del curso político, vuelva a aparecerse, ahora a Zapatero, para aconsejarle:  «…un punto de contrición / da a un alma la salvación, / y ese punto aún te lo dan. /(…) Aprovéchale con tiento, / (Tocan a muerto.) / porque el plazo va a expirar, / y las campanas doblando / por tí están, y están cavando / la fosa en que te han de echar.» Esta cita, obviamente, sólo es aplicable a la equivocada vida política del interfecto.

© 2010 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día  26  de julio de 2010

La amargura tiene cura

26/07/2010

Ahora que un mundial de fútbol ha conseguido el prodigio de devolvernos la bandera y de que la gran mayoría de los españoles volvamos a sentirnos una «piña», uno abriga la esperanza de que los amargados sin causa recuperen la alegría.
Los que insisten en atacar a la Iglesia, simplemente porque no creen en Dios ni en la bondad del mensaje cristiano, son a la postre unos amargados (y no lo digo con acritud, sino con fraterna condolencia). Quien se declara irremisiblemente «condenado» por el antiguo catecismo del Padre Ripalda, apenas por ser «liberal», es un pesimista nato que no ha entendido esa doctrina que dice rechazar y es incapaz de valorar la inmensa labor de la Iglesia a lo largo y ancho del mundo. Quien insiste en la idea de que el Vaticano promueve la pena de muerte, por más que veamos hasta la saciedad los esfuerzos que hace la Iglesia para erradicarla en el resto del mundo, no es que sufra de ceguera: es que es ciego vocacional.
La actual doctrina cristiana (que sigue admitiendo, sólo en casos extremos y cuando ya se han agotado todos los demás recursos, una acción cruenta en propia defensa de la persona, o en la de su prole), sostiene, en cuanto a la pena de muerte ordenada por un tribunal civil, que «la autoridad pública tiene suficientes medios incruentos para defender a la sociedad del agresor». ¿Puede confundirse esta doctrina con la del fomento de la pena de muerte? Hay que estar muy amargado para optar por tan injusta interpretación, cuando tal doctrina viene exhaustivamente razonada en los artículos 2266 y 2267 del nuevo Catecismo, para quien quiera leerlos de buena fe.
Quien afirma que «no miente» al afirmar que la Iglesia Católica está por la pena de muerte, debería antes aclararnos qué entiende por «muerte», pues podría ocurrir que la muerte quirúrgicamente provocada de un nasciturus no constituyera una «muerte» para él. Y entonces sí que este columnista tendría un impedimento muy serio para seguir debatiendo con él sobre estos temas. Le sería imposible tratar con un señor que, tras afirmar que el comunismo es una religión al nivel de la Religión Cristiana (como hace en su artículo del lunes pasado), no considerara un homicidio privar de la vida a un ser humano que ya siente, padece y da patadas.
Por último, decirle a mi amigo Luis-Domingo que no se sienta condenado por ese catecismo que leyó. Porque, aunque le divierta el papel que ha elegido de hoz y martillo del Cristianismo castellano-manchego, Dios, en su inmensa misericordia, nos da toda la vida de plazo para dejar las tonterías a un lado. Y sería una pasada, amén de un gran placer (aunque no hay la menor prisa), coincidir con él en esa nueva dimensión donde estaremos eternamente de acuerdo.

© 2010 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día  19 de julio de 2010

Las paces con nuestra bandera

12/07/2010

Hasta un servidor, que no ha sido nunca futbolero, siente hoy una emoción nueva al constatar el gran poder social de este deporte y su capacidad para aglutinar a todo un país en pos del mismo objetivo. Nunca podré olvidar que la única vez, en setenta y cinco años (que son los que he vivido), que vi a todos los españoles compartiendo el mismo sueño, como un solo hombre, fue el día en que la Selección Española de Fútbol se enfrentó a Holanda en el último e histórico partido del Campeonato Mundial de Fútbol de este año 2010. Tampoco olvidaré mientras viva que esa gesta deportiva iba a permitirme ver, también por primera vez, a todo el pueblo de mi país ondeando, luciendo, exhibiendo o enarbolando la sagrada bandera de nuestra patria común. Ya no volveré a mirar el fútbol como un simple juego, ni seguiré criticando este deporte por todo aquello que a menudo lo rodea y me disgusta. Sólo por esa fuerza que ha demostrado tener a la hora de unirnos, y esa sorprendente capacidad – impensable hace apenas unas semanas – de permitirnos recuperar el amor a  nuestra bandera, juro dedicar al fútbol mi respeto eterno.
Si, además, considero el inmenso esfuerzo de los jugadores de nuestra selección y el magnífico liderazgo de su seleccionador, no puedo menos de desear que su ejemplo pueda ser seguido por todos los colectivos humanos españoles, desde nuestras empresas, grandes y pequeñas, a nuestras instituciones públicas y privadas. También ambicionaría que el gran ejemplo de su trabajo en equipo, y de la humildad demostrada en todo momento, nos hiciera reflexionar a todos sobre el inapreciable valor del trabajo solidario y de la lucha concertada por una meta común. Hasta las formas con que nuestra magnífica selección se ha venido refiriendo a sus rivales, merecen el mayor aplauso. ¡Cuánto nos ha enseñado esa Selección, si estamos dispuestos a emularla! ¡Qué gran imagen de España ha sido capaz de proyectar, en estos momentos históricos en que nuestro prestigio internacional andaba por los suelos! Buenas maneras, técnica impecable, admirable coordinación y excelente estrategia. Éstas han sido, en opinión de este columnista, las principales condiciones que nuestra Selección, ya legendaria, ha sabido exhibir en este Mundial de Sudáfrica. Nuestra imagen, en todos los sentidos, está hoy muy alta en todo el mundo. Y un servidor, que no era futbolero, pero sí español a ultranza, se siente verdaderamente feliz y eternamente agradecido a un deporte, y a unos atletas nuestros que nunca había alcanzado a valorar en su justa medida. ¡Procuremos seguir unidos largo tiempo, y seguir luciendo con orgullo nuestra bandera nueva!

© 2010 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día  12 de julio de 2010

¡Ojalá que no quepamos!

08/07/2010

Daría cualquier cosa por asegurar que las concentraciones convocadas en Ciudad Real y Villarrubia de los Ojos, en defensa de la vida del ser humano no nacido, lograran un éxito apoteósico. ¡Ojalá que no quepamos en esas calles y plazas, frente a los Juzgados de la capital y ante el Ayuntamiento villarrubiero, en las que se celebrarán las concentraciones y veladas programadas! Por muchos problemas serios que creamos tener, nada es tan importante y de tan grave responsabilidad en estos momentos como la necesidad imperiosa de oponernos a una ley genocida que la conciencia de todo ser humano bien nacido debe rechazar. Tras redactar  estas líneas, y enviarlas ayer a La Tribuna, este columnista se dispuso a salir zumbando de su casa para asistir a la concentración convocada en la calle Caballeros de Ciudad Real, y se juró estar presente en la velada prevista para hoy, lunes, en Villarrubia de los Ojos. Se que para algunos españoles, sobre todo para ciertas personas sin escrúpulos que hoy nos gobiernan, destruir a una indefensa cría humana en el seno de su madre no ofrece diferencia alguna con una vulgar lavativa, o una purga intestinal; pero, afortunadamente, somos millones los españoles que vemos en ello el más horrendo de los crímenes. De aquí la importancia de que nos concentremos ante esas instituciones públicas que deben velar por la Vida y la Justicia, para exigirles que respeten y hagan respetar estos máximos valores. No hace falta ser cristiano – la gran mayoría de los españoles lo somos – para comprender que el aborto voluntario es el mayor de los atentados que la mujer puede cometer contra sí misma y contra su propia especie. No hace falta ser cristiano para discernir que tal acto constituye la más grave aberración de nuestra sociedad materialista y el más horrendo de los atentados que pueden cometerse contra el Derecho Natural. ¿Qué sentido tendría defender la dignidad e integridad de la mujer ante la bárbara costumbre de la ablación del clítoris, si nos dedicamos a practicar indiscriminadamente la ablación (= extirpación) de seres humanos completos? Mal se compadece esa malvada ley «Aído», promotora de la muerte segura de millones de nascituri, con la hipócrita leyenda «Fumar puede matar»? ¡Cuánta falta está haciendo en Europa el regreso de los valores perdidos!  
Igual que la televisión nos muestra con toda su crudeza los trágicos efectos de multitud de guerras y catástrofes, deberían emitirse imágenes de todas las variantes de aborto que permiten sacrificar niños en aras de un negocio que ya factura en nuestro país más de 40 millones de euros: envenenamiento salino, succión o dilatación seguida de descuartizamiento, trepanación craneal, cesárea seguida de muerte provocada del bebé, fallecimiento intrauterino del bebé por hambre (privándole químicamente de la progesterona), y demás procedimientos que concluyen, fatalmente, con los restos de sus cuerpos en un contenedor de basura. En mi calidad de abuelo, expreso mi más sinceras condolencias a todos los desdichados yayos de jóvenes «progresistas», porque nunca llegarán a saber lo que es la felicidad. Como les decía más arriba, ¡ojalá que no quepamos!

© 2010 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día  5 de julio de 2010

Geografía y buena educación

04/07/2010

Viajando por el mundo pueden distinguirse fácilmente los países cuyos nacionales están bien educados. Casi sin percatarme, he podido ir haciendo mi ‘encuesta’ particular utilizando como muestra, de un lado, a los fríos hombres y mujeres de negocios que he tratado, y, de otro, a esas personas entrañables (empleados de hotel, labradores, camareros, taxistas, dependientes de comercio, hombres y mujeres del mar), a menudo inolvidables, que uno ha tenido el privilegio de ir conociendo a lo largo de los años. Aunque solemos decir que no es bueno generalizar, porque en cualquier lugar del mundo podemos encontrarnos con las personas más agradables y con las más equivocadas, existen claras diferencias entre esos países que dispensan al visitante un trato exquisito, que son los más, y los pocos que se distinguen por todo lo contrario. De igual forma, vemos que los ciudadanos de algunas naciones estarían más guapos si no salieran de sus casas, por la negativa imagen que van dejando a su paso; mientras que los procedentes de otras (pongamos los japoneses) suelen comportarse con la discreción y responsabilidad propias de quienes se sienten embajadores de su país. Curiosamente, los países que figuran en las listas de los menos corruptos, o en las de los más cívicos y cultos, coinciden con los que en mi encuesta ocupan los lugares preferentes.
Consecuente con esta reflexión, no me gustaría pertenecer a un país cuyo altos representantes, o alguno de ellos, se distinguieran por su mala educación. Me horrorizaría, por ejemplo, que un presidente de gobierno español despreciara las normas de protocolo de los países que visitara oficialmente, o bien omitiera ofrecer las obligadas muestras de respeto a los dignatarios extranjeros que nos visitan, o a los símbolos oficiales de los países que representan. Me pondría de los nervios ver a un individuo así llegando tarde a una audiencia, pongamos por caso, con el Santo Padre; y pasándose por el forro ese protocolo único – signo de un especial e histórico respeto – que recomienda, a todo visitante oficial del Papa, no programar otras visitas de Estado en esa misma jornada. Sería también impropio que en el supuesto de tal audiencia, nuestro alto representante requiriera la ayuda de un intérprete, dado que el Papa habla correctamente italiano (lengua que todo español medianamente culto entiende) y el castellano con fluidez. Pero lo que más me humillaría, en tal supuesto, sería el hecho de que nuestro alto representante osara incumplir normas de protocolo, urbanidad y cortesía ante el Vicario de Dios, y que lo hiciera impulsado por las ganas de … ofender. Hay otro verbo más gráfico y contundente, pero el buen sentido prohíbe su utilización en este contexto, al igual que el respeto debido a los electores desaconseja aplicar el adjetivo «patán» a un gobernante democráticamente elegido que se comportara de esa manera.
Estuve anteayer en la fiesta de graduación de ICADE, prestigioso centro de estudios de la Universidad de Comillas, y me encantó constatar con qué énfasis el Rector se refería al esfuerzo que en ese centro se lleva a cabo para formar excelentes profesionales, pero también buenas y bien educadas personas. Éste debería ser el gran objetivo de cualquier plan educativo, si de verdad quisiéramos conseguir algún día ese anhelado mundo mejor del que tanto cacareamos. Ya va siendo hora de que nos esforcemos en igualar a nuestra sociedad por arriba.

© 2010 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día  21 de junio de 2010

El retablo de Maese Zapatero

04/07/2010

Dada la probabilidad de que el «liderazgo» de Maese Rodríguez Zapatero tenga sus días contados, o de que su Gobierno agote la legislatura in vitro, me parece pertinente recomendarle ciertas medidas que, de llevarlas a cabo antes de pasar a engrosar el nomenclátor de la memoria histórica, le permitirían coronar su gestión presidencial con mayor gloria, si cabe.
Una de estas medidas sería la de presentar urgentemente un proyecto de ley para la legalización de la eutanasia, ya que este apartado, si no se da prisa en abordarlo (los laboristas del Reino Unido ya llevan un buen tiempo en ello) sería una de las pocas materias relacionadas con el derecho a la vida que el señor presidente se habría dejado en el tintero. No sería propio de él que, tras su dilatado carrerón en los campos del aborto, de los «matrimonios» homosexuales y del divorcio (incluida su facilona versión «divorcio express»), entre otros, incurriera ahora en esta omisión y se encontrara con el problema añadido de que la infecunda población española vuelve a crecer. ¿De qué le habrían servido tantos esfuerzos para reducir el número de nascituri, si en el otro extremo de la pirámide de población, así mismo vulnerable, no hubiera hecho algo parecido con los morituri? El futuro de las pensiones se habría sin duda agravado por el craso error de no haber hecho con los ancianos terminales la misma purga que consiguió hacer, e incluso institucionalizar, con esos otros seres humanos indefensos e inoportunos que aspiraban a nacer.
¿Le parecería coherente al señor Zapatero favorecer el aumento de la población, precisamente en estos momentos en que nuestra sociedad ha alcanzado el más alto grado de «madurez» de toda su historia, con una media nacional de edad que duplica la de un centenar de naciones?
Y otra de las medidas que deseo sugerirle – aunque no responde a una idea propia, sino a la del ingenioso hidalgo don Luis María Ansón – es la de proponer con igual urgencia al Parlamento la necesidad de aplicar la vigente Ley de Igualdad de Género a todos los equipos de fútbol españoles. ¡Qué es esto de que las alineaciones de nuestros equipos estén formadas exclusivamente por hombres! ¿Hasta cuándo vamos a consentir tal manifestación de machismo? También aquí, evidentemente, debe el señor Zapatero demostrar que tiene las agallas necesarias para extender al ámbito del fútbol, y hacer cumplir esa ley de igualdad que se sacó de la manga. No sólo en la administración pública está moralmente obligado a seguir el plan trazado, sino también en la Selección Nacional de Fútbol y en todos y cada uno de los clubes y equipos de primera, segunda y tercera división; que la categoría no exime de cumplir la ley.
Sería una decepción que este presidente, tan torero él, se nos fuera sin rematar su faena moralizadora. No se trata de que vayamos a verle salir por la puerta grande – aunque cosas más notables se han visto en el ruedo ibérico – pero sí, por lo menos, de que podamos ver cómo se marcha sin dejar títere con cabeza. De no hacerlo, su antológica interpretación del Retablo de Maese Pedro quedaría inconclusa.

© 2010 José Romagosa Gironella
“Puntos sobre la íes”
Publicado en La Tribuna de Ciudad Real, el día  14 de junio de 2010